Con el gesto serio y sin apenas decir una palabra, salía Michael Douglas del tribunal federal de Nueva York tras asistir a una vista en el caso de su hijo Cameron. “No tengo ningún comentario” musitó el actor, ante la expectación de los medios que le esperaban. El joven de 31 años fue detenido el pasado mes de julio de 2009 por posesión de estupefacientes y la pasada semana se declaró culpable de tráfico de drogas (según las informaciones, dijo que está implicado en ello desde 2006), delito por el que se enfrenta a una pena mínima de hasta 10 años de cárcel (su colaboración con la justicia podría reducirla).
Aunque los documentos judiciales no se han hecho públicos, se especula con la posibilidad de que en esta comparecencia se hubiera fijado una fianza por la que Cameron estará en libertad, hasta la fecha en que se conocerá la sentencia, el 27 de abril. Hasta el momento permanecía en arresto domiciliario en casa de su madre Diandra, aunque su comportamiento durante esos meses empeoró su caso (su novia Kelly Scott le proporcionó heroína escondida en la batería de un cepillo de dientes).
El intérprete, casado ahora con la también actriz Catherine Zeta-Jones, dijo en un comunicado, emitido poco después de aquel incidente, que la familia “estaba devastada y muy disgustada” por la forma de actuar de Cameron. No es el primer problema que el hijo de Douglas tiene con la justicia ya que en 1999 fue detenido por comprar sustancias ilegales y en 2007 de nuevo le llevaron a comisaría en California por posesión de estupefacientes.
En una entrevista con AARP The Magazine, poco después de su arresto en julio de 2009, Michael Douglas habló de los problemas de su hijo: "Reconoce sus demonios y su lucha... Es un chico fuerte, está aunque en una prisión federal y allí hay muchos tipos malos. Asumo toda la responsabilidad que me corresponde. No soy un ángel" confesó Michael.
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