Con la frente apoyada en el Muro de las Lamentaciones (el lugar más sagrado para el judaísmo), y las manos unidas en signo de oración, Sharon Stone (más allá del glamour, más bien cerca de los problemas cotidianos del Próximo Oriente) logró aislarse de la nube de curiosos y periodistas que la rodeaban y rezó por la paz en este Muro que tanto precisa de esta palabra. Fue este uno de los actos más conmovedores de los vividos por Sharon Stone en los últimos días. Simón Peres, ex primer ministro de Israel, la invitó a que conociera todos los proyectos de su Centro Peres por la Paz y ella no dudó en hacer las maletas y conocer in situ los problemas cotidianos entre israelíes y palestinos en la zona. Allí, como informamos, celebró su 48 cumpleaños. Y allí ha demostrado que la frivolidad de Hollywood es de quita y pon. Para esta viaje, Sharon Stone acudió sin ella. Bien atenta a cada gesto.
Todo por la paz Si nos sorprendió hace dos días cuando declaró: "Besaría a todo el mundo con tal de lograr la paz en Oriente Próximo" y predicó con el ejemplo estampando un gran beso en la mejilla de Simón Peres, ha vuelto a mostrar su calidad humana cuando, tras una reunión con el primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, acudió al Muro de las Lamentaciones y besó su superficie antes de detenerse allí para una larga reflexión.
Olivos por el olvido Con una apretada agenda, que incluyó partido de fútbol con los más pequeños, ya sean palestinos ya sean israelitas, Sharon Stone no olvidó acudir al monte Kennedy y con sus propias manos, manos de estrella de Hollywood brindando su "grano de arena" por una humanidad más pacífica, plantó un olivo en recuerdo y conmemoración por todos los judíos fallecidos en aquella ignominia de la humanidad llamada Holocausto. E ignominias hay muchas. Como expresó Simón Peres: "Como político he descubierto que niños y mayores admiran más a los artistas que a los políticos, y que los artistas realmente pueden promover la tolerancia y la paz". Sharon Stone ha creído en esta premisa... y ha actuado.
