En una velada en la que ningún filme logró más de tres estatuillas, Buenas noches, y buena suerte se fue a casa con las manos vacías. La película de George Clooney, candidata a seis Oscar, no logró ninguno de los premios (tampoco Munich con cinco nominaciones) aunque él si logró el de mejor actor de reparto por Syriana, el filme en el que aparece irreconocible con barba y veinte kilos de más, durante cuyo rodaje tuvo un accidente el que aún se resiente.
Recogió el primer premio de la velada que le entregó Nicole Kidman, quien por cierto paseó sola por la alfombra roja pero en el patio de butacas se la vio acompañada por su novio, Keith Urban. Clooney ha dejado de ser el guapo doctor Ross de Urgencias para transformarse en un hombre comprometido y con las ideas muy claras que no defraudó en su discurso de agradecimiento: "¡Vaya, vaya. Así que no voy a ganar como director! Lo de ganar un Oscar va a ser sinónimo de mi nombre: El ganador de un Oscar George Clooney, el hombre más sexy del mundo en 1997, Batman... Es un honor estar aquí arriba, pero cómo calibrar las cosas si no interpretamos el mismo papel, todos mis compañeros nominados han tenido actuaciones estelares". "Me caí de la silla en la escena de la tortura y me golpeé gravemente la cabeza", así contaba el actor su accidente hace unas semanas en la revista Vanity Fair sobre lo ocurrido en el rodaje del filme:"Me operaron de urgencia, pero me pasé tres meses en el hospital, donde sufrí otras intervenciones en la columna y me quedó un fortísimo dolor de cabeza que aún no se ha ido del todo".
Una embarazada sobre el escenario
Una hora y seis minutos después del inicio de la gala se conocía el nombre de la mejor actriz en la categoría de reparto. El encargado de entregar el premio, el ganador del año pasado, Morgan Freeman, que actualmente rueda una película con Paz Vega y fue quien invitó a la actriz española a acompañarle a los Oscar. La ganadora ha sido la favorita en todas las quinielas, Rachel Weisz, embarazada de siete meses, por su trabajo en El jardinero fiel. La actriz británica, que la pasada semana logró el Bafta, agradeció el galardón a todo el equipo de la película, a John LeCarré, autor del libro del mismo nombre, y recordó a todos aquellos que sufren, especialmente en África (la película trata los intereses de la industria farmacéutica).
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