Muy poco tiempo separan las dos imágenes. Aunque cualquiera lo diría porque el protagonista de las fotos no parece la misma persona. Treinta y dos kilos marcan la diferencia entre el Peter Jackson de El señor de los Anillos y el de King Kong, cuyo único rasgo en común parece ser la barba (como puede observase también se ha quitado las gafas). El director perdió el sobrepeso en diez meses exactos y asegura que el intenso proceso de rodaje y postproducción de la película sobre el gran simio, que le llevó a trabajar hasta 21 horas diarias, fue su principal ayuda para adelgazar. Por supuesto también ha tenido que ver, y mucho, el cambio de dieta: de las hamburguesas "al yogur y al muesli. Decidí que fuera porquerías".