Claudia Cardinale espléndida a sus sesenta y cinco años

Por hola.com
Visconti, fascinado
Durante ese tiempo, ¿Visconti quedó también fascinado con usted?
—Sí, desde mil novecientos cincuenta y ocho, con «Rocco y sus hermanos». Yo todavía no hablaba ni una palabra de italiano. No olvide que mi lengua materna es el francés. Luego rodé con Alain Delon y Annie Girardot, para, a continuación, seguir con «El gatopardo », siempre en compañía de Alain.

¿Cuál es su relación con Delon?
— Simplemente,diría que estamos unidos para la eternidad. Estamos muy vinculados; somos muy cómplices; nos basta una sola mirada para comprendernos.

¿Y sus relaciones con Visconti, «el aristócrata »?
—El era un príncipe. Tuve una relación privilegiada con él, ya que me quería mucho. Me llamaba Claudine, no Claudia. Hice cuatro filmes bajo su dirección. Viajamos mucho juntos. Fuimos a Londres a escuchar el último concierto de Marlene Dietrich o a aplaudir a Peter Brook en su «Marat-Sade ».¡Hicimos tantas cosas juntos!

¿Qué impresión o qué frase que recuerde de él permanecerá siempre grabada en usted?
—El decía de mí:«Ella tiene el aspecto de una gata a quien se puede acariciar sobre un canapé, pero desconfiad, pues puede transformarse en pantera y devorar a su domador ».

Luego rodó «Las petroleras », junto a Brigitte Bardot.
—¡Qué recuerdo! Fue para morirse de risa.

Sus iniciales, C.C., frente a B. B.,una leyenda...
—Cuando nosotras nos conocimos, fue ella quien me dijo:«Después de B.B.está, desde ahora, C.C.». Todos los periodistas y fotógrafos estuvieron en el rodaje en Málaga, España. Todos esperaban que nos matáramos entre nosotras para alimentar sus cotilleos. No tuvieron oportunidad. Fue un encuentro muy bonito, lleno de alegrías y risas. Siempre he sido un auténtico «marimacho ».Adoro el riesgo y lo imprevisto.

En todas mis películas siempre ha sido una cuestión de honor asumir los efectos especiales y las caídas yo misma. Siempre he rechazado a las dobles. Por ejemplo,«El fabuloso mundo del circo »,con Rita Hayworth y John Wayne, cuando estaba en el trapecio, era realmente yo. Más allá del papel, todas las emociones son reales. Como en la vida, yo no engaño nunca.

Con Brigitte, nosotras nos comportamos como «locas »,y reímos continuamente como dos adolescentes. Recuerdo que cuando llevaba a Brigitte en mi caballo, la llevaba a un galope infernal, y ella me decía, con su voz de niñita enfurruñada:«No eres una chica, eres un "tío "»