Jennifer López y Ben Affleck se conocieron a finales del pasado año en el rodaje de Gigli, la película, aún por llegar a las pantallas, que les convertirá en la nueva pareja cinematográfica del momento. En el filme, dirigido por Martin Brest, el actor encarna a un delincuente que rapta al hermano discapacitado mental de un poderoso fiscal de distrito. Jennifer -que cobró aproximadamente 2.300 millones de pesetas por participar, convirtiéndose en la actriz latina mejor pagada de Hollywood- , por su parte, es la hermosa heroína encargada de perseguir al secuestrador, del que termina enamorándose.
Durante las semanas que duró la producción ambos forjaron una buena amistad: "He trabajado muy bien con ella y me he quedado impresionado con sus aptitudes", reconocía entonces el protagonista de Pearl Harbor. La buena relación que nació entre ambos comenzó ya a provocar las primeras especulaciones, aunque la cantante, que había contraído matrimonio el 29 de septiembre, parecía haber hallado la felicidad con Cris Judd y nada hacía presagiar su separación pocos meses después. A principios de abril, Ben Affleck sorprendía a todos con una iniciativa sin precedentes. El actor se gastó unos 4,2 millones de pesetas (25 mil euros) en publicar un anuncio en dos revistas estadounidenses, "Variety" y "Hollywood Reporter", en los que decía que Jennifer López no es la diva caprichosa que todos creen, "sino una gran profesional y excelente persona".
