Procedente de su adorada Nueva York, en un vuelo privado, y acompañado por su esposa, Soon Yi, las dos hijas adoptivas de la pareja, Brechet Dumaine y Manzie, su hermana y los tres hijos de ésta, y varios miembros de su equipo de producción y prensa, Woody Allen aterrizó ayer en Oviedo, donde mañana recibirá el premio Príncipe de Asturias de las Artes de manos del Príncipe Felipe.
Desde el aeropuerto, el popular director y su familia se trasladaron al hotel Reconquista donde posaron ante los medios de comunicación allí congregados y dedicaron parte del día a descansar. La fatiga del largo viaje, sin embargo, no fue impedimento para que Woody Allen y Soon Yi recorriesen las calles de la vetusta y deleitasen el paldar con las delicias gastronómicas propias de la zona, como la fabada.
'Cuento de hadas, con un príncipe, además' Hoy, el director de Balas sobre Broodway -el cuarto de los premiados en llegar a Oviedo tras los investigadores estadounidenses Vinton Cerf y Robert Khan, y el poeta y ensayista alemán Hans Magnus Enzensberger - ha ofrecido una multitudinaria rueda de prensa: "Vengo de una ciudad enorme, gigantesca, con multitudes, ruido..y llegó aquí donde todo es antiguo, limpio y agradable..Cuando me vaya el sábado tendré la sensación de haber vivido un cuento de hadas...con un príncipe, además", destacó.
Toda una sorpresa El director ha vuelto a hablar de la sorpresa que fue para él el haber recibido el galardón (una vez finalizada, Woody Allen pudo saludar a Arthur Miller, Príncipe de Asturias de las Letras, que ha llegado esta mañana): "Siempre que hago algo pienso que va a ser un fracaso. Pero después de muchos años, y al recibir premios como este, puedo decir que tengo mucha suerte". Y es que, el realizador es reacio a recoger premios -no ha ido ni siquiera a recoger sus Oscar, sólo asistió a la pasada ceremonia para agradecer el apoyo de Hollywood a los cineastas de Nueva York después del 11-S-, aunque "en España la gente ha respondido tan bien a mis películas que pensé que tenía que venir".
