Entrevista con Esther Cañadas

Por hola.com

Después de su emotivo discurso, Penélope Cruz cedió la palabra a Esther Cañadas, directora de Sabera en Nueva York y alma de una de las sorpresas de la noche, la subasta de trajes que llegaría poco después.
Esther dijo que es imposible rescatar a una niña de las calles de Calcuta y después olvidarse de ella. Y eso mismo nos lo diría después con otras palabras, cuando la entrevistamos finalizada la gala.

Así nos hablaba entonces la modelo, apagadas ya las luces y con el silencio de la noche de Hollywood sobre el jardín de la casa de Antonio y Melanie:

—Estoy emocionada porque he visto que se ha coronado con gran éxito el trabajo de año y medio. Y hemos sacado mucho dinero. Por otra parte, las niñas han estado fantásticas y todo ha sido maravilloso.

—Dicen que te ha dado tan fuerte...por Sabera, que hasta te olvidas, en ocasiones, de tu profesión de modelo, Esther.
—Mi problema es que cuando me da algo o me da por algo, me da muy fuerte, jamás a medias tintas. Por eso me he embarcado en mi escuela de costura en la Fundación, y conseguí que se abriera en Nueva York la oficina que ahora estoy llevando. Este último año ha sido muy intenso, he dejado un poco aparte incluso lo que es mi vida personal y profesional. Sabera se ha convertido en lo primordial para mí hasta el punto de que le he venido dedicando el ochenta por ciento de mi tiempo.

—¿Y por qué?
—Porque es saludable, conveniente y hasta maravilloso olvidarte un poco de ti misma...Es maravilloso sobre todo cuando estás con estas «enanitas » que te miran, te abrazan...Eso es todo para mí. Hoy están aquí, por ejemplo, las tres hermanas que Ricky Martin rescató de las calles de Calcuta. Yo le acompañé en aquella ocasión, hace unos meses. Y puedo decirte que la manera con que te miran estas tres niñas es distinta para el resto de tu vida a como miran a los demás. Es algo único, algo que, si no lo has vivido, no lo podrás sentir nunca.

—Tampoco es bueno que dejes de trabajar.
—Estos días, por ejemplo, me he perdido algunos desfiles importantes. Pero los diseñadores lo comprenden y, sobre todo, saben que estoy haciendo una obra maravillosa en la que ellos colaboran, como han hecho ahora, dándonos sus creaciones. Además, quiero dejar una cosa muy clara: yo no siento que estoy ayudando a Sabera. Es Sabera, son estas niñas, quienes me están dando a mí mucho más que yo a ellas. Cuando rescatas a una niña de la calle, ya no la puedes dejar jamás. Yo sé que voy a ser ya parte de su vida ahora y dentro de veinte, de cuarenta años y mientras viva. Y pase lo que pase, tú no puedes sacar a una niña de la calle y olvidarte de ella. Pero repito que ellas nos dan a nosotros mucho más que nosotros a ellas. Por eso merece tanto la pena estar aquí, luchar por esto.