Gwyneth Paltrow, que, según se ha sabido ahora, días antes de realizar el crucero en el barco de Valentino almorzaba en una arrocería de Palma de Mallorca con el príncipe Felipe, los duques de Lugo y Rosario Nadal, y que tras abandonar Venecia se fue al Festival de Cine de Deauville, nos concedía una entrevista en la que hablaba de La posesión,su última película, del año sabático que se ha tomado y de su vida profesional y personal.
—Desde hace unos años no para de tener éxitos ¿Cómo consigue mantener los pies en el suelo? Vivo un período muy apasionante desde hace seis años. Sin embargo, confieso haber pasado una época de verdadera confusión. Me resulta bastante difícil tomar el distanciamiento necesario sobre todo aquello que me ha pasado. En la actualidad tengo una sensación de rechazo hacia ese período de mi vida. Como me cuesta asumirlo, me digo que no ha existido. —¿Pero soñaba con tener tanto éxito? Sí. Es gracioso, porque cuando eres joven tienes ganas de que las cosas se precisen en el horizonte. Pero cuando logras establecerte, ahí es cuando se produce la crisis filosófica. Me preguntaba qué iba a hacer con veintiséis años con un Oscar en el bolsillo. Me decía: "Sólo tienes veintiséis años y ya tienes un Oscar.¿Qué vas a hacer el resto de tu vida?". —¿Es cierto que en realidad no le gusta su Oscar ni lo que representa? —Sí, porque en ese momento de mi vida sufrí unos acontecimientos familiares terribles. Mi padre tenía cáncer y se alimentaba mediante un tubo. Además, mi abuelo se moría, un abuelo al que estaba muy unida. Todo ese período durante el que recibí el Oscar por Shakespeare enamorado, y cuando rodaba El talento de Mister Ripley , en Italia, es decir, lejos de la gente a la que quería, y que estaba enferma, es para mí un mal recuerdo. Estaba muy triste. —¿El personaje que interpreta en la nueva película tiene puntos en común con la verdadera Gwyneth Paltrow? Pues sí,seguramente. Digamos que esta mujer interioriza mucho las cosas. Es una mujer muy inteligente y muy complicada. Es una persona que busca su vida emocional y su propia pasión. —¿Y usted diría que es pragmática o romántica? Soy muy pragmática. Sin ninguna duda, soy más pragmática, más realista, que romántica.
