Sonriente, con gafas oscuras y chaqueta de cuero, Pierce Brosnan aterrizó en España para rodar algunas secuencias de la nueva entrega de las aventuras de James Bond, que llevará por título Muere otro día. El popular actor es un hombre muy familiar por lo que ha viajado acompañado de su madre, su esposa Keely, los dos hijos del matrimonio, Dylan y el pequeño Paris Beckett, que acaba de cumplir un año y Sean, fruto del matrimonio del actor con Cassandra Harris, que falleció en 1991.
La última entrega de la saga del agente secreto 007 está ambientada en la isla de Cuba, pero debido a los problemas que mantiene Estados Unidos con el régimen cubano, una parte de la película se rodará en España, donde se recrearán los ambientes cubanos. Está previsto que se rueden escenas en La Caleta, que hará las veces del Malecón de La Habana, en el castillo de San Sebastián, en la torre del Sagrario y en la carretera de Camposoto en San Fernando (Cádiz).
Durante su estancia en tierras gaditanas, Pierce Brosnan se alojará en una casa palacio del siglo XVII de 2 mil metros cuadrados en la que habitó el duque de Wellington en 1812. El actor irlandés ha preferido alquilar la magnífica vivienda, que consta de tres plantas y una torre mirador típica de la arquitectura de la zona, y no alojarse en un hotel para mantener así preservada su intimidad familiar durante los diez días que permanecerá en España.
Esta no es la primera vez que el último James Bond rueda en nuestro país. Zaragoza se convirtió en una improvisada base logística para el numeroso equipo que se desplazó hasta allí para algunas secuencias de "El mundo nunca es suficiente.
