El éxito de Jennifer López crece como la espuma. Por ello, la diva, dispuesta a equiparar su sueldo a los buenos resultados de sus películas, no tiene reparos en exigir cada vez más compensaciones económicas. Recientemente ha confirmado su participación en el filme Gigli, en el que compartirá cartel con Ben Affleck, por la módica cantidad de 12 millones de dólares (más de 2.100 millones de pesetas). Por si esto no fuera suficiente, sus agentes han negociado que se embolse un alto porcentaje de los beneficios de taquilla.
Jennifer López, que recientemente contrajo matrimonio con el bailarín Cris Judd en Los Ángeles, se ha convertido, en menos de un año, en la latina más poderosa de Hollywood y ahora, también, en una de las actrices mejor pagadas de la meca del cine. Poco le falta a la artista neoyorquina -aunque es de origen hispano nació en el Bronx- para alcanzar el estatus de otras compañeras de profesión, como Meg Ryan o Cameron Díaz, cuyo caché ronda los 15 millones de dólares por película (unos 2.700 millones de pesetas). Algo más, sin embargo, le podría costar llegar al nivel de Julia Roberts; la protagonista de Pretty Woman, que Julia Roberts acaba de cumplir 34 años, ha superado la barrera de los 20 millones de dólares (más de 3.500 millones). J. Lo sabe lo que quiere y desea aprovechar al máximo el excelente momento profesional por el que atraviesa. Ni siquiera su marido ha conseguido que disminuya su frenético ritmo de trabajo.
Una carrera en ascenso En poco tiempo, Jennifer López ha logrado aumentar su cotización en unos cuatro millones de dólares (unos 550 millones de pesetas) -en Planes de boda y Mirada de Ángel recibió entre 7 y 9 millones de dólares (de 1.300 a 1.600 millones de pesetas)-. Y ahora, la protagonista de La celda, aún pendiente del estreno de Enough, parece que deleitará a sus seguidores en tres nuevas películas: una vez finalizado su trabajo en Gigli, podría incorporarse a la comedia romántica The Chambermaid primero, y más tarde, al rodaje de Tick Tock.
