¡Mamá quiero ser actor!

Russell Crowe, Benicio del Toro y Julia Roberts entre otros confiesan como tomaron la difícil decisión de convertirse en actores

Por hola.com

¡Mamá quiero ser actor¡ Es el sueño de muchos, pero pocos logran la gloria en la meca del cine. Hollywood comienza a engalanarse para una de las noches más importantes para la industria cinematográfica: la ceremonia de entrega de los Oscar. Comienza el espectáculo y algunos de los protagonistas de esa noche echan la vista atrás para recordar el día en el que decidieron convertirse en actor/actriz.

Ahora saborean el éxito y ríen cuando piensan lo duro que resultó convencer a unos padres, no todo lo comprensivos que uno quiere, para que aceptaran su decisión de saltar a la escena.

Tenían un futuro diseñado para él
Benicio del Toro se enfrentó al peso de la ley. Su padre, un abogado de prestigio, tenía su futuro diseñado: sin duda sería un abogado como él. Sus progenitores, convencidos de que se trataba de un sueño de adolescente pensaron que la madurez le quitaría esa locura de la cabeza. Pero nada más lejos de la realidad. "Después de The Usual Suspects (1995) mi padre comenzó a interesarse por mi trabajo. Iba al cine, veía mi trabajo y así comenzamos a hablar un poco acerca de ello", comenta Benicio del Toro, nominado como mejor actor de reparto por Traffic.

De historiador a actor
Russell Crowe siempre había deseado ir a la Universidad. Quería estudiar la carrera de Historia, pero las circunstancias de la vida le llevaron por otro camino. Su padre se quedó en el paro y su sueño universitario se esfumó. Su padre decidió entonces que debía estudiar algo técnico, convertirse en aprendiz de alguna profesión técnica, pero el gladiador sacó su espada y luchó por lo que creía. "La clave fue una conversación muy seria que tuve con mi padre" -recuerda el actor- "le dije que prefería estrellarme a caerme cuesta abajo. Él entonces me respondió: Ok haz lo que creas más conveniente para tu futuro".

‘Mamá he cambiado de opinión, quiero volver a casa’
Algo más fácil le resultó a Julia Roberts. La actriz era la tercera de cuatro hijos en decir eso de ‘quiero ser actriz’. Sus padres le apoyaron desde el principio, pero sin duda resultaron claves cuando la actriz llamó a casa la primera vez para decir: "Mamá, he cambiado de opinión, quiero volver a casa. Echo de menos mi hogar, soy tremendamente infeliz. Estoy trabajando en algo que realmente no me gusta e soy incapaz de relacionarme con la gente del mundo del cine". La que más tarde se convertiría en la novia de América recibió un ‘no’ por parte de sus padres, quienes la obligaron a seguir a pesar de su desesperación. "Por esas fechas odiaba a mis padres, pero ahora agradezco de corazón que mis padres me forzaran a seguir en la profesión", comenta la actriz a sus 33 años.

Un sabio consejo materno
Tampoco significó ningún trauma para la familia Bardem, cuando el pequeño Javier dijo que quería ser actor. Su madre era actriz, al igual que su tío y sus abuelos; lo llevaba en la sangre. Su progenitora sólo le dio un consejo al pequeño Javier Bardem cuando iniciaba su andadura en mundo cinematográfico: "Este es un negocio en el que hoy puedes trabajar y al día siguiente no puedes pagar el alquiler de tu casa. No te confíes. Si alguien te dice que eres bueno, no le creas; si alguien te dice que eres malo, tampoco lo creas".

Su padre quería que fuera informática
Marcia Gay Harden, nominada como mejor actriz de reparto por Pollock, comenta que uno de los peores momentos de su carrera en el mundo cinematográfico es "cuando vas de una audición a otra y de ahí a una tercera sólo para conseguir la tarjeta del sindicato". La actriz tuvo que luchar en sus inicios con un padre, empeñado en que su hija aprendiera informática. Pero la actriz finalmente encontró su hueco en la pantalla.

Cambio de rumbo Pero en este mundo no todos lo tienen tan claro. Ed Harris fue a la universidad de Columbia con la idea de convertirse en un jugador de fútbol profesional. Pero sus cualidades físicas no se ajustaban al perfil exigido. Su padre era cantante en los primeros años de la televisión americana y tanto él como su madre, grandes amantes del teatro, por lo que encajaron bastante bien la decisión de Ed Harris de irse a estudiar interpretación. "Siempre me han apoyado y han estado ahí", cuenta el actor, nominado como mejor actor por Pollock.

Parece ser que en cuestión de padres parece que no existe ninguna diferencia de un lado al otro del mundo. El taiwanés Ang Lee, nominado como mejor director por Tigre y dragón, era considerado como un caso perdido, la desgracia de la familia. El joven Lee no pasó sus exámenes de ingreso a la universidad y mantuvo una constante lucha con sus padres hasta que éstos comprendieron que la represión no era la mejor solución. Y es que una persona debe hacer lo que realmente quiere ser en la vida.