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El príncipe de Asturias y doña Letizia, a pesar de la lluvia que cayó el pasado sábado sobre Madrid y sus alrededores, decidieron acudir a la cita campestre que Manuel Falcó Anchorena, duque de Fernán Núñez, había organizado, para un reducido grupo de “incondicionales” en su casa.
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El príncipe de Asturias y doña Letizia cerraron la jornada de campo en Aranjuez asistiendo por la noche al Teatro de Bellas Artes para ver, junto a otra pareja, uno de los últimos éxitos de la cartelera madrileña, 'Hoy: el diario de Adán y Eva'.




24 NOVIEMBRE 2003
Horas después de ser anunciada oficialmente la fecha en la que don Felipe de Borbón contraerá matrimonio con su prometida, doña Letizia Ortiz (22 de mayor de 2004), la pareja abandonaba el recinto de La Zarzuela para dirigirse en coche a la finca “La Flamenca” situada a 50 kilómetros de Madrid, en el Real Sitio de Aranjuez.
El Príncipe de Asturias y doña Letizia, a pesar de la lluvia que cayó el pasado sábado sobre Madrid y sus alrededores, decidieron acudir a la cita campestre de Manuel Falcó Anchorena, duque de Fernán Núñez e íntimo amigo de Sus Majestades los Reyes

Cacería de perdiz
Aunque este punto no ha podido ser confirmado – otras fuentes apuntan a que la cacería estaba organizada por “alguien” ajeno a la familia Fernán Núñez- lo que sí se sabe es que fueron recibidos en la zona social conocida con el nombre de “Casa del Monte”, donde todos los invitados suelen desayunar y almorzar, además de ser el lugar de encuentro y reuniones para los participantes en las cacerías de perdiz, Un lugar muy especial (salón con gran chimenea, comedor, y paredes decoradas con fotografías de cacerías) situado a los pies del maravilloso palacio (construido en el cerro) donde reside actualmente la familia.
La finca, que antiguamente tenía su iglesia, su capellán y su escuela, mantiene el “glamour” de antaño, aunque inevitablemente sus habitantes se han adaptado a los nuevos tiempos.

Antigua Escuela de Agrónomos de Madrid
Situada a unos 50 kilómetros de Madrid, “la Flamenca” es una de las preferidas de un buen número de personalidades de ámbito nacional e internacional. No en vano, se dice, que es una de las mejores fincas de perdiz de España.
Curiosamente, y como parte de la historia de este lugar se puede decir que esta finca de la Real Heredad de Aranjuez acogió en sus terrenos la Escuela Central de Agricultura, que creó por Decreto el 1 de septiembre de 1855 el ministro de Fomento D. Manuel Alonso Martínez. Un centro en el que se impartieron los cursos de perito agrícola hasta 1868, fecha en la que la escuela fue traslada a la actual Ciudad Universitaria de Madrid donde, un año después, se construiría el nuevo edificio con el nombre de Instituto Agrícola de Alfonso XII, conocida hoy día como la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid.

Paseo a caballo
Son muy pocos los datos que han trascendido hasta el momento sobre lo acontecido el pasado fin de semana pero, y aunque el tiempo fue realmente el gran enemigo a la hora de disfrutar de una relajada jornada en el campo, sí hemos podido saber que don Felipe llegó a cobrarse alguna pieza, y que doña Letizia, que no caza y, dicen, no le gusta nada este deporte, pudo dar un pequeño paseo a caballo por la inmensa finca -las tierras llegan hasta la provincia de Toledo- aunque no pudo gozar plenamente de los maravillosos paisajes por culpa de la lluvia.

Y por la noche, al teatro
don Felipe y su prometida concluyeron su jornada campestre asistiendo el mismo sábado por la noche al Teatro de Bellas Artes para ver, junto a otra pareja de amigos, uno de los últimos éxitos de la cartelera madrileña, Hoy: el diario de Adán y Eva. Una bella historia de amor, protagonizada desde hace varios meses por Miguel Ángel Solá y su esposa, la actriz española, Blanca Oteyza, inspirada en un texto de Mark Twain.

Según fuentes del teatro, la pareja que acompañaba al Príncipe y a doña Letizia adquirió las cuatro entradas, que resultaron ser las últimas que quedaban para esa función. "No eran muy buenas, por cierto", señalaron fuentes teatrales. Se sentaron en la 17ª fila, en unas localidades laterales, en medio de la sorpresa del público que llenaba en esos momentos la sala. Al concluir la función, y al ser advertida la presencia de Su Alteza con doña Letizia, Miguel Ángel Solá dedicó la función a los espectadores reales. Éstos posteriormente saludaron a los actores en sus camerinos, así como a otros trabajadores del Bellas Artes.


   
 

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