Por un lado, las chicas cada vez están más informadas: las influencers hablan sin tabúes de sus intervenciones y tratamientos, aparte de que la nueva figura del médico influencer está disponible 24/7 para comunicar y normalizar su trabajo. Por otro, dedicar horas a mirarse a través de la cámara del selfie revela, obviamente, problemas como manchas, ojeras e imperfecciones que en otro momento hubieran pasado desapercibidos incluso a una misma.