Un verano... ¡con buena cara!

Los tonos del maquillaje se vuelven más naturales y las texturas, más ligeras

Por hola.com

El maquillaje cambia de códigos en verano. Las texturas se vuelven más ligeras, y los colores más suaves. Tanto en la playa como en la ciudad, en verano solemos recurrir a un look más natural, que contribuya a resaltar el favorecedor tono bronceado.

Una luz diferente. Los días de frío son más grises. El espectro solar cambia a lo largo del año, y hace que, de noviembre a marzo, la luz sea mucho más azulada y fría que durante el estío, cuando predominan tonos más rojizos y cálidos. Esta es una de las razones por las que el frío parece pedir colores más profundos, como para iluminar ese ambiente algo grisáceo, mientras que el calor se lleva mejor con la gama de los anaranjados suaves, los pasteles más juguetones y, sobre todo, los cobrizos y dorados.

¿Y la base? No insista en tapar manchitas, pecas o granitos a toda costa, cubriendo la piel con capas y capas de maquillaje opaco. El resultado sería excesivamente visible, muy artificial, y con el calor y la transpiración, la base tardaría poco tiempo en empezar a fundirse y dejar la piel brillante y a manchas. En verano, más que nunca, es importante que el maquillaje permita ver la calidad de la tez y reflejar su luz para conseguir un aspecto fresco. No se debe abusar de los polvos traslúcidos, que, con las altas temperaturas, tienden a acumularse en las arruguitas.

Tonos para resaltar el bronceado. Los tonos que favorecen cuando el cutis está pálido pueden resultar demasiado agresivos cuando se usan en un rostro bronceado. En estos meses, no está de más evitar los púrpuras profundos y los ciruela, el rojo muy vivo en los labios y el eyeliner de trazo negro muy grueso. Si siente que no puede renunciar a estos tonos, es mejor usarlos en fórmulas semitransparentes, que dejan sólo una insinuación de color y resultan más favorecedores.

Texturas en crema. Aproveche las muchas ventajas que ofrecen sombras, coloretes y labiales de textura cremosa, que se extienden con el dedo, sin dibujar su contorno, incluso con cierta imprecisión para conseguir un aspecto muy relajado y natural. Basta con dar un toque de color en el centro de los pómulos, en los párpados y en el labio inferior y difuminarlo suavemente para mejorar de aspecto sin resultar excesivamente maquillada.

Labios jugosos y frescos. Adiós a las fórmulas mates: ahora es tiempo de brillo. Los labiales en fórmula líquida tienen la ventaja de ser más resistentes al calor que las tradicionales barras, lo que evita molestas rupturas.

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