Curiosamente, en algunos casos durante el embarazo se produce una parada momentánea de la caída normal del pelo. Y es que si generalmente se pierden hasta cien cabellos diarios, durante los meses de gestación esta caída se interrumpe, razón por la que a menudo las mujeres sienten que en esta época su cabello es más fuerte y abundante. Pero, claro, todo lo que viene se va, y cuando tras el parto, los niveles hormonales vuelven a su estado habitual, ese cabello que no había caído antes se desprende. Basta con esperar unos meses para que todo vuelva a la normalidad, sin que por ello el conjunto de la melena haya sufrido menoscabo alguno. Por otra parte, está demostrado que la herencia genética es determinante a la hora de desarrollar la calvicie.
Si lleva más de dos meses perdiendo más de cien cabellos diarios (cantidad que puede considerarse la media habitual), consulte con un dermatólogo para descartar patologías más graves y determinar y atajar las causas de esa caída. Es importante saber qué tipo de alopecia se sufre y cuál es su origen, algo que sólo un dermatólogo puede solucionar.
Mientras el especialista determina la causa del problema, no está de más realizar un suave minimasaje diario en el cuero cabelludo, seguir una alimentación sana y equilibrada y evitar cepillados agresivos y recogidos muy tirantes. Además, la mayor parte de las firmas especializadas en el tratamiento del cabello tiene en el mercado productos específicos para prevenir la caída del cabello (la gama de Kerastase, el tratamiento Aminexil, de Dercos, las pastillas Arkocapil, de los laboratorios Arkopharma o los champús específicos de Ducray, Klorane o Rénée Furterer).
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