El gloss ya forma parte de la cultura general del maquillaje, pero para llevarlo a la última es mejor renunciar a los brillos de efecto espejo, con textura casi de vinilo, y optar por otros más suaves y cremosos. La textura de labios más actual oscila en torno al brillo satinado, sin exageraciones.
Generalmente, el maquillaje de los ojos se centra y concentra en el párpado superior, pero se puede dar protagonismo al inferior, lo que dibuja unas miradas llenas de fuerza, con mucho misterio. ¿Cómo conseguirlas sin parecer un mapache? Primero, se dibuja una línea muy fina, muy estilizada al ras de las pestañas, fundiéndose con ellas y llegando hasta el lagrimal. Después, se dibuja un trazo con sombra oscura con un pincel fino, creando una línea muy difuminada, de aspecto ahumado. Es importante que se use el mismo tono de sombra oscura para delinear todo el ojo, dándole profundidad y un aspecto unificado.
Este invierno llega con multitud de reflejos acerados. Y con un color estrella: el azul, desde el más profundo, casi medianoche, al más claro y eléctrico. El primero es perfecto para delinear con un toque elegante; los segundos se reservan para las más jóvenes. En general, los azules favorecen a las mujeres de cutis de tonos fríos (rosados o muy claros) y pelo y ojos oscuros, siendo menos adecuados para las de piel melocotón, de declinaciones más cálidas. El toque de actualidad viene de mano de texturas metalizadas o irisadas, muy favorecedoras para la noche.