Las altas temperaturas estimulan la producción de las glándulas sebáceas, por lo que la piel se siente más grasa. Al igual que cambia de ropa cuando llega el calor, no está de más hacer algunas variaciones en la rutina de belleza.
Sustituya las cremas más untuosas por lociones o geles (casi todos los tratamientos se encuentran en dos versiones, una para pieles secas y otra para mixtas), o limite la aplicación del producto a sólo las zonas más secas, como las mejillas.
Busque bases de maquillaje oil free o libres de aceite, que además ayudan a controlar los brillos.
Pruebe a sustituir la base por polvos traslúcidos o por tan sólo un toque de polvos terracota.
Los lápices de ojos son ricos en ceras y agentes grasos, pero esta misma untuosidad hace que, con el sudor y el calor, el trazo se emborrone. Las sombras de ojos mojadas con un poquito de agua y aplicadas con un pincel fino, como si fueran una acuarela, dan el mismo resultado, y aguantan mejor el tirón.
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