En crema, en barra, en polvo... y en mousse. Poco a poco, este tipo de textura se ha ido ganando un hueco en el mercado cosmético y, cada vez más, nos encontramos con coloretes, sombras de ojos o bases de maquillaje con esta textura. Pero, de repente, puede surgir la duda con respecto a su aplicación. No se preocupe. Lewis Amarante, maquillador oficial de Maybelline en España, nos lo pone fácil con estos sencillos consejos para conseguir un acabado perfecto.
"Lo primero para el uso de éste como de cualquier otro producto es perderle el miedo . Por su delicado tacto, los productos con textura mousse son muy fáciles de aplicar; extendiéndose con un mínimo gesto y fundiéndose perfectamente con la piel".
"Para mí, la mejor forma de aplicarlos y extenderlos es con la yema de los dedos. En el caso de los fondos y los blushes conviene extenderlos con pequeños toques con los dedos anular y corazón. Hay que presionar y extender a la vez para que el producto se integre perfectamente con la piel".
"Si se quiere un efecto más mate, hay que aplicar luego una ligera capa de polvos. Una advertencia: nunca se debe aplicar más producto después de aplicar los polvos. De lo contrario hacemos el producto mucho más denso y notorio".
"En el caso de las sombras de ojos en textura mousse las aplicaremos depositando pequeñas cantidades con la ayuda del dedo anular, ya que es el que menos presión ejerce sobre esta zona".
"Si el objetivo es conseguir más intensidad de color, se puede aplicar un lápiz de ojos del mismo matiz y superior intensidad que la sombra elegida. Aplíquelo en las zonas donde quiera conseguir mayor profundidad. También puede aplicar la sombra en mousse como base y luego dar 'acentos' de color utilizando una sombra en textura polvo".
"Al aplicar tanto ésta como cualquier otra textura, recuerde que siempre conviene ir de menos a más. Siempre es más fácil aplicar pequeñas cantidades hasta conseguir el efecto deseado a tener que retirar un exceso de producto".
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