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Aceites que curan

Más de moda que nunca, la aromaterapia es una técnica milenaria capaz de prevenir determinadas enfermedades y de mejorar el estado de la piel

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Cada aceite tiene sus propiedades particulares aunque, de forma general, todos sirven para hidratar y nutrir la piel.

Si prestamos atención a su etimología, podremos deducir que hablar de aromaterapia significa hablar de un tratamiento curativo mediante el uso de fragancias. Más en concreto, mediante el uso de las sustancias aromáticas que contienen la mayoría de las plantas, y que una vez destiladas producen aceites esenciales cuya absorción (a través de la piel, del olfato...) es muy beneficiosa para el organismo.

Así, aunque cada aceite tiene unas propiedades particulares (pueden cicatrizar, tonificar, estimular el sistema circulatorio, aliviar los dolores reumáticos, servir de antiséptico, incluso de antidepresivos...) podemos decir que, de forma general, todas estas esencias son grandes aliadas de nuestra piel: previenen su sequedad, la nutren y la hacen más flexible, proporcionándole un aspecto muy saludable y evitando que envejezca prematuramente.

No todos son esenciales
Debemos diferenciar los aceites esenciales de los que no lo son. Éstos últimos, que son los más corrientes, llevan parafinas que forman una película sobre la piel impidiendo su respiración y su metabolismo. No llegan a absorberse totalmente porque taponan los poros produciendo una sensación grasa y en el verano, con las altas temperaturas, también de calor. Sin embargo, los aceites esenciales no dejan esa sensación al absorberse por completo y no crean ninguna capa superficial. En cuanto a los aromas, los aceites esenciales son volátiles y una vez que han penetrado, las esencias se atenúan dejando sólo una suave sensación, frente a los olores más intensos y permanentes de los otros tipos de aceites.

Cómo aplicarlos
Sólo utilizando correctamente los aceites esenciales obtendremos todos sus beneficios y para eso debemos aprender. Es muy importante tener un buen asesoramiento profesional que nos permita, luego en casa, beneficiarnos de esta terapia ancestral del bienestar. Disfrutar en serio de los beneficios de la aromaterapia no es tan sencillo como el mezclar un número estándar de gotas, ya que todo depende de las esencias en particular y de cómo se utilicen. Por ejemplo, si a dos gotas de esencia de menta y romero les añadimos dos de laurel nos servirán para combatir el agotamiento mental, mientras que si, en vez de laurel, añadimos una gota de naranja nos servirá para curar las cefaleas.

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