Si se fija en estas imágenes de Chenoa, pensará que la conocida cantante ha dejado crecer durante meses su corta melena para conseguir semejante cabellera. Nada más lejos de la realidad. Su seductora melena es fruto de una de las técnicas de peluquería más actuales y a la que se apunta un gran número de famosas: las extensiones de pelo natural.
A diferencia de las que se realizaban hasta hace unos años, que prácticamente se "cosían" al cuero cabelludo, produciendo a menudo multitud de problemas, este tipo de extensiones se pegan, mechón a mechón, usando queratina líquida, la misma proteína que compone el cabello, por lo que resulta totalmente inocua. Se unen al pelo cercano al cuero cabelludo, para que los puntos de unión resulten invisibles. Al cabo de aproximadamente seis meses, cuando ese cabello ha crecido, hace falta deshacer esas uniones y, si se desea, volver a ponerlas.
Las extensiones se buscan del mismo color que el pelo natural, o a veces incluso se eligen un par de tonos más claras para simular un efecto de mechas. Existen varios largos, dependiendo del efecto deseado: los mechones cortos se usan para dar volumen a cabelleras escasas; los medios, para melenitas; y los largos, para melenas de nunca acabar.
El cabello usado suele proceder de la India, donde las mujeres se cortan sus largas trenzas antes de casarse. Este pelo se parece al europeo más que el asiático (muy liso) y el africano, excesivamente rizado y frágil.
Tras la aplicación de las extensiones (un proceso largo y laborioso que puede llevar de tres a cuatro horas como mínimo), se retoca el corte en caso de necesidad, para así darle un aspecto totalmente natural. Posteriormente, se puede lavar y peinar con absoluta normalidad, aunque entra dentro de lo posible que se desprenda algún mechón suelto.
El precio de las extensiones depende del número de mechones utilizados, aunque suelen rondar alrededor de los 5 € por mechón, necesitándose de 50 a 200 unidades, según el efecto que se quiera conseguir.
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