A cada luz, su maquillaje

Es un factor fundamental a la hora de elegir los tonos y las texturas

Bobbi Brown, durante una sesión de maquillaje.

Los productos de efecto bronceado, como los polvos terracota, los geles dorados o las bases tostadas están ideadas para la luz dorada del verano.

Seguro que en más de una ocasión ha comprobado en primera persona que su maquillaje varía en función de la luz que reciba. No hace falta ser fotógrafo para conocer y observar la diferencia que la luz puede significar en nuestra imagen. Las modelos lo saben bien y para presentarse radiantes en cada acto sus maquilladores han de elegir a conciencia los tonos adecuados. Y es que no es lo mismo acudir a un acto benéfico, una fiesta, una comida informal, un paseo por la playa o un desfile de Alta Costura en París.

Estar bajo la mejor iluminación posible puede ser el mejor elixir de belleza existente, pero, lamentablemente, no siempre es posible. Por ejemplo, cuando se trabaja todo el día bajo las lámparas fluorescentes de una oficina, no hay más remedio que maquillarse en consecuencia para evitar tener un aspecto poco favorecedor. Si no puede tener el consejo de un experto en cada momento, le damos algunos trucos útiles.

  • La iluminación a base de fluorescentes, tan frecuente en los despachos, tiene tonos azules muy fríos, similares a los de una mañana de invierno. Para contrarrestarlo, conviene recurrir a tonos rosados, que aportan luminosidad, evitando los colores más dorados y amarillentos, que pueden dar un aspecto cetrino.
  • La luz solar natural exige bases de tendencias idénticas al color natural de la tez, ya que ésta es la que mejor refleja la piel tal y como es. Conviene recordar que los productos de efecto bronceado, como los polvos terracota, los geles dorados o las bases tostadas están ideadas para la luz dorada del verano, más rica en tonos rojos.
  • La luz nocturna es más suave y aterciopelada, por lo que permite ser más generosa con la base de tendencias para igualar el grano de la piel. Puede utilizar corrector de ojeras con mayor libertad, así como emplear polvos traslúcidos.
  • Las velas irradian la luz más favorecedora de todas, puesto que es suave, tamizada, y difumina las sombras. Para resaltar los rasgos, necesita intensificar el color. Para ello, no hace falta usar tonos más oscuros, sino aplicarlos de modo más notable. Como es una luz muy amarillenta, debe usar con moderación los anaranjados y recurrir más a los colores rosados.

  • Prohibida su reproducción total o parcial. ©2006 Hola, S.A.

      

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