El camaleónico Robin Williams ha vuelto a modificar su apariencia por exigencias del guión. En Retratos de una obsesión da vida a Sy Parrish, un hombre entregado a su trabajo en un laboratorio fotográfico, donde su extraña mente confunde ilusión y realidad.
Para meterse en la piel de este inquietante personaje, Williams lleva grandes gafas, el cabello decolorado y amplias entradas, que le dan un aspecto avejentado, que es lo que más ha sorprendido a todos.
No es la primera vez que el norteamericano cambia de look ya que, desde sus inicios como Popeye a su hilarante caracterización de la Señora Doubtfire, han sido muchas las ocasiones en las que se ha transformado para interpretar su papel.