El mayor problema del cabello con mechas es que, tras varios retoques, acaba quedando demasiado rubio. Para evitarlo, nada como elegir un buen colorista que mezcle ocasionalmente mechas más oscuras con las más claras para mantener un tono similar entre retoque y retoque.
Para dañar menos el pelo, se puede limitar el uso de mechas a la zona que rodea la cara, lo que ilumina las facciones sin cargar el cabello de demasiado color.
El llamado rubio californiano consiste en aclarar mucho las puntas, dejando las raíces más oscuras, de la misma forma que sucede naturalmente con el sol.
El peor enemigo de las mechas claras es el cloro, que puede dejar un residuo de color verdoso sobre el cabello. Para evitarlo, hay que usar un protector además de un gorro de baño, y aclarar muy bien el cabello con agua dulce tras el baño.
El sol de verano puede ser un gran aliado de este cabello, al aclararlo de forma natural, pero siempre que no olvide que sus rayos resecan y deshidratan el pelo en extremo.
La gama de productos Sheer Blonde, creada por Sally Hershberg, la estilista de Meg Ryan, es un clásico para el cuidado del cabello rubio. Los champús con color de Origins o de Garden Botanika, los bálsamos de Aveda; las mascarillas acondicionadores con pigmentos de René Furterer o los champús a la manzanilla de Klorane son también excelentes opciones.
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