Es lunes, y el domingo tienes una carrera, empiezas a oír a gente que dice cosas extrañas como que hay que dejar de tomar hidratos hasta el viernes o que, al revés, tienes que comer todos los que puedas. Olvídate, de los extremos, es sencillo.

Desde el lunes hasta el viernes, lo mejor que puedes hacer es comer con normalidad, repartiendo las calorías con el equilibrio de siempre, 50% hidratos, 30% proteinas y 20% grasas, y sin pensar en comer ni un poco más, ni un poco menos, sencillamente como lo de siempre, una dieta equilibrada.

Sí es recomendable que durante estos días tengas especial interés en ingresar la mayor cantidad de nutrientes que puedas, es decir, de vitaminas y minerales, para ello, aprovecha la variedad de frutas y verduras de que dispongas, y trata de variar entre distintas carnes, distintos pescados, legumbres, lácteos y demás alimentos. De esta manera te garantizas enfrentarte a la carrera con un buen saldo de nutrientes, que los necesitarás.

Llegado el fin de semana, hay que tener planificada la dieta, y esta vez sí, incrementando el porcentaje de alimentos ricos en hidratos de carbono, como bien sabes, pastas y arroces sobre todo, porque además de cumplir dicha riqueza, son de digestión sencilla, lo que garantiza que no vas a tener problemas el domingo. También debes mantener el consumo de proteínas, aunque estos dos días mucho mejor si son ligeras, tipo tortilla, pollo o pavo o pescados ligeros.

Es importante que tanto el viernes como el sábado no abuses de la sal, puesto que el arroz y la pasta son productos que suelen llevar salsas o acompañantes salados. Eso provocaría una retención de líquidos muy inadecuada para rendir el domingo.

La cena del sábado no varía demasiado con respecto a lo mencionado para el fin de semana. Ya casi todas las carreras tienen una “fiesta de la pasta” la noche antes, en la que te vas a encontrar un buen surtido de salsas adecuadas para la carrera. Si no es el caso, ya sabes, un bol de pasta, con un acompañamiento ligero y suave.
Ten cuidado no te pases cenando, cena la misma cantidad de comida que cenarías cualquier otro día, porque un abuso puede tener nefastas consecuencias, como por ejemplo, sentirte mucho más pesada durante la carrera, o que te cueste dormir esa noche.

El día de la carrera
Llegada la mañana de la carrera, desayuna normal, lo mismo que desayunas cualquier día antes de ir a trabajar. Para el estómago ya va a ser bastante estrés la carrera como para tener que hacerla con agentes extraños. Intenta que sea una par de horas antes de la carrera, para que la energía llegue en el momento adecuado.
Por último, hay quien recomienda un café solo unos minutos antes, no tienes más que acercarte a cualquier cafetería cerca de la salida, están plagadas. Mi consejo es que si tu cuerpo está habituado al café puedas aprovechar ese puntito extra que te da la cafeína, pero que si no, desde luego el beneficio no compensa el riesgo.
Si cumples estos puntos tan sencillos, llegarán con tus reservas a tope y tu cuerpo preparado para rendir.