Todos sabemos que los primeros días de gimnasio no suelen ser maravillosos y sufrimos multitud de experiencias nuevas que nos desconciertan y muchas veces nos hacen abandonar.

Cuando llegamos por primera vez a la sala de un gimnasio y vemos que allí todo el mundo está realizando su entrenamiento y saben qué y cómo hacerlo puede que nos sintamos algo abrumados y no sepamos por dónde comenzar.

En este momento muchas personas deciden ir realizando lo que van viendo que hacen los demás, o preguntamos a un amigo o incluso miramos en Internet para asesorarnos.

Pero es mucho más fácil que todo eso y es que en la mayoría de gimnasios vamos a tener un instructor en la sala que está ahí precisamente para ayudarnos y mucho más para asesorarnos en nuestros comienzos.

Que no os de miedo o vergüenza preguntar pues es lo que realmente queremos y para lo que estamos.

Si sigues mi consejo y el instructor de sala se vuelve tu aliado verás cómo vas a beneficiarte de todas estas ventajas:

- Te planificará una rutina especialmente para ti si le explicas qué te gusta y el tiempo que tienes disponible. Además deberás decirle cualquier lesión o enfermedad que tengas para que la pueda tener en cuenta y no te lesiones.

- Te asesorará sobre qué ejercicios son los más adecuados a tus características y al objetivo que tu quieres conseguir.
- Corregirá tu postura y te indicará la técnica correcta para realizar los ejercicios, por lo que evitarás lesiones y además aprenderás para realizarlos tu solo.

- Siempre puedes ir contándole cómo vas avanzando y cualquier duda que te surja te la podrá resolver.

- Si necesitas ayuda para mover algún peso o colocar alguna máquina, no tendrás que hacerlo solo.

Así que si estás empezando a ir al gimnasio o si ya vas pero nunca has preguntado, te invito a que lo hagas para que compruebes por ti mismo los beneficios que te aportará.