Obesidad infantil

by hola.com Ayer leí en el periódico que un tercio de los menores de entre 13 y 14 años pesa más de lo normal. España se sitúa entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) donde este problema de salud pública está más extendido. La previsión es que la tasa de obesidad aumente al menos un 7% en 2020.

Hoy he ido a recoger a mi sobrina al colegio. Mientras ella jugaba con una amiga, yo le daba vueltas al artículo que os he comentado. Me he puesto a observar a los niños que había a mi alrededor y me he quedado muy sorprendida. Todos ellos estaban merendando, pero NI UNO SÓLO tenía una pieza de fruta en la mano. Lo más parecido, un zumo de “frutas” envasado y en el mejor de los casos un bocadillo. La mayoría merendaban bollos o “chuches”. Me fijé en una madre que intentaba que su hijo tomase su sándwich, él mientras correteaba por todos lados. Finalmente, cansada de insistir, sacó un huevo de chocolate y se lo dio. ¿Por qué os cuento todo esto? Porque somos el segundo país de Europa con mayor índice de obesidad infantil.

La obesidad infantil acarrea numerosos problemas. En primer lugar, la obesidad puede suponer al niño problemas físicos (diabetes tipo II, hipertensión, triglicéridos y colesterol, trastornos hepáticos,…) y psicológicos (baja autoestima, estigma social,…). Pero quizá lo peor es que está fraguando una obesidad adulta, con estos mismos problemas, pero agravados. Y hasta tal punto es así, que la siguiente generación podría tener una esperanza de vida menor que la actual.

En la mayoría de los casos, la obesidad se debe a un estilo de vida, por lo que es un problema de fácil solución. Hay que empezar modificando los hábitos alimenticios. Soy consciente, del esfuerzo que supone a los padres cambiar las conductas alimenticias de sus hijos, pero es muy importante que el niño tome frutas y verduras desde edades tempranas. No hay que utilizar la comida como método de premio o castigo y hay que intentar hacer las comidas apetecibles y atractivas. Un buen método para que los niños prueben los alimentos que menos les gustan es hacerlos partícipes de la preparación de éstos.

Por otro lado, otro de los factores que mayor incidencia tiene en la obesidad, es el sedentarismo. Hoy en día los niños no hacen ejercicio y pasan muchas horas delante de la televisión o jugando a la consola. Hay que promover la actividad física ya que aparte de ayudar a mantener el peso, fomenta el buen desarrollo del sistema músculo- esquelético.
Para terminar me gustaría recalcar que hay que educar no solo en valores, sino también en hábitos saludables ya que “SOMOS LO QUE COMEMOS”.

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