Gracias a una báscula de bioimpedancia, la nutricionista pudo determinar mi composición corporal. Después, mediante un cuestionario, terminó de completar, con mis hábitos, histórico, alergias, intolerancias..., mi perfil. Habiéndome consultado por mis inquietudes y mis objetivos como retadora, me comentó que, si bien mi alimentación era correcta y no variaría nada en absoluto, si quería lograr más tonificación debía tomar más hidratos de carbono para aumentar el músculo. Evidentemente, para determinar esto, tuvo en cuenta los valores obtenidos gracias a la báscula. Mi porcentaje de grasa era bajo y me recomendó incrementar la ingesta de grasas saludables, procedentes, por ejemplo, del aceite de oliva, los frutos secos o el aguacate. Ahora bien ¡cada cuerpo es un mundo! Por eso este servicio es tan importante.