Doctor Antonio Tapia, cirujano estético: "Al paciente hay que explicarle siempre los pros y los contras, y dejarle claro que nosotros no hacemos milagros"

El doctor nos habla de algunos aspectos fundamentales de la cirugía y la medicina estética

Por hola.com

Es uno de los cirujanos estéticos más reputados de nuestro país y lleva años dedicado a una profesión que le apasiona. Y, desde que fundó en 1977 su propio Instituto en Barcelona, el doctor Antonio Tapia no ha parado de buscar nuevas soluciones a los problemas estéticos que se le plantean cada día en su consulta. Lo hace en la Clínica Quirón de Barcelona, donde pasan por sus manos unos 1.000 pacientes al año.

Filosofía de trabajo
“A la hora de trabajar pienso, ante todo, que soy un médico. Algunos colegas se olvidan de ello, pero debemos tener en cuenta que quien viene con un defecto físico está sufriendo, y de eso trata la medicina: de aliviar el dolor”, apunta el doctor Tapia. Este experto se considera influenciado por las enseñanzas del prestigioso cirujano Jaime Planas Guasch, ya fallecido. “Él era un ‘fanático’ de su trabajo y me supo transmitir su fe en esta especialidad”, recuerda.
Antonio Tapia define la cirugía plástica y estética como una rama “muy bonita” de la medicina. En su opinión, para dedicarse a esta rama hay que ser un amante de la belleza y estar dispuesto a aprender todos los días.

Más allá de las cuestiones puramente médicas, ¿qué valora en un paciente que llega a su consulta por primera vez?
Lo primero que hago es intentar conocerle. Pero, atención: hay que iniciar una conversación, no un interrogatorio. A veces te das cuenta de que la gente viene a ti no tanto por un problema estético sino por un problema personal. Y entonces hay que reconducirle, porque si el estado de ánimo no acompaña, el resultado de la intervención no será bueno.

¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que amenaza hoy a su especialidad?
A menudo me quejo de la banalización tremenda y la falta de seriedad que hay en esta especialidad. Al paciente hay que explicarle siempre los pros y los contras. Y hay que dejarle claro que nosotros no hacemos milagros, aunque sí podemos ayudarle a que él los realice por sí mismo.

¿Por qué, siendo cirujano, ha decidido incorporar en su instituto un departamento de Medicina Estética?
Ambas cosas no están reñidas entre sí. Los tratamientos de Medicina Estética resultan muy útiles para mantener la calidad de la piel y prevenir el envejecimiento prematuro. Ahora bien, cuando una cara ya se ha ‘caído’, por mucho que pinches o rellenes no conseguirás un buen resultado; en ese caso hay que recurrir a la cirugía.

¿Cuál es, en su opinión, el futuro de la Cirugía Estética?
El alargamiento de la vida nos permite pensar que esta especialidad no va a desaparecer, aunque sí se reconvertirá. De hecho, las técnicas que hoy empleamos son diferentes a las que utilizábamos en el pasado.

¿En qué ha mejorado la liposucción?
En la aparatología. Las primeras máquinas que utilizábamos para llevar a cabo esta intervención eran como aspiradoras domésticas. Luego surgieron los ultrasonidos, la asistencia con láser… La base sigue siendo la misma (se trata de aspirar los acúmulos sobrantes de grasa), pero las técnicas para destruir esa célula grasa son menos agresivas.

¿Y las intervenciones de aumento de pecho?
Las prótesis han mejorado un 100%. El material que ahora se emplea es muy seguro. Un ejemplo gráfico: si la prótesis se rompiera, lo que pasaría sería algo parecido a cuando cortamos un membrillo: que el gel no migra a ningún sitio, se queda en el sitio. Además, con las actuales prótesis hay un riesgo de rechazo del 2%, mientras que hace 20 años era del 50%. Y, por otro lado, hay tanta variedad de tamaños y formas que es fácil encontrar una prótesis que se adapte a cada tipo de mama.

¿Y qué puede decir de la rinoplastia?
También ha evolucionado muchísimo. Ahora no sólo existen las rinoplastias cerradas, sino también las abiertas (la diferencia entre ambas consiste en realizar la intervención por dentro de las fosas nasales o por fuera). La rinoplastia abierta consiste en hacer un pequeño corte que te permite ‘levantar’ la nariz como si estuvieras abriendo el capó de un coche. De este modo no trabajas a ciegas, puedes crear toda una infraestructura en la nariz y no tienes que esperar seis meses para ver los resultados. Antes ibas por la calle y veías un montón de narices que claramente estaban operadas, ahora el resultado es más natural.

¿Y la intervención de pómulos?
Las prótesis de pómulos prácticamente han desaparecido. Ahora lo que buscamos es remodelar. Y se pueden emplear tejidos del propio paciente para rellenar.

¿Qué le diría a un paciente que quiere operarse y no sabe con quién? ¿Cómo hay que elegir al cirujano?
Primero, tiene que asegurarse de que realmente sea un especialista. Luego, tener en cuenta el currículo y el boca a boca, lo que se dice de ese médico, y, a ser posible, enterarse de a quién ha operado. En tercer lugar hay que informarse de dónde opera. Y, por último, hay que ir a verlo, hablar con él, comprobar si hay o no feeling. En Estados Unidos está muy extendido el hábito de acudir a la consulta de varios cirujanos antes de decidirse por uno.

¿La aplicación de células madre es ya una realidad en el campo de la Cirugía Plástica y Estética? Se habla de aprovechar las extraídas durante las liposucciones…
En el mundo científico hay un poco de decepción en torno a este tema. Todavía no está demostrado que las células madre de la grasa extraída en la liposucción sirvan para algo. Podrían ser beneficiosas o dañinas. Todavía no hay una aplicación real.