La prudencia es nuestra mejor aliada frente al sol. Así lo explican desde los laboratorios Pierre Fabre, que, en 10 sencillos consejos, nos resumen las claves para sacar partido al sol sin riesgos.
- Conviene aplicar el protector solar antes de salir de casa y renovar frecuentemente su aplicación, sobre todo, después de cada baño y, al menos, cada 2 horas.
- Hay que exponerse progresivamente al sol, y evitarlo entre las 12 y las 16, las horas de mayor radiación.
- Ojo con las sesiones de rayos UVA. Pueden contribuir a la aparición de cánceres cutáneos y a acelerar el envejecimiento de la piel.
- No hay que exponer directamente al sol a niños menores de 3 años y, además, hay aplicarles siempre un fotoprotector de muy alta protección, de esta manera preservaremos su capital solar. Cuanto mayor ha sido la dosis de radiación recibida durante la infancia, mayor es el riesgo de aparición de cánceres en la edad adulta.
- No hay que olvidar aplicarse un fotoprotector cuando se realicen actividades al aire libre. Existe un alto riesgo de quemaduras solares.
- Atención con la falsa seguridad: altitud, nubosidad o superficies reflectantes (nieve, arena, hierba, agua), viento…
- Es importante utilizar gorra y gafas de sol con cristales homologados capaces de filtrar los rayos UVA y UVB. A los niños, además, protégeles con una camiseta seca y opaca: una camiseta mojada deja pasar con mayor facilidad los rayos UV.
- Hay que secarse bien después de cada baño. El efecto lupa de las gotas de agua favorece las quemaduras solares y disminuye la eficacia de los fotoprotectores, aunque sean resistentes al agua.
- Intenta beber agua en abundancia y frecuentemente, pues el sol contribuye a la deshidratación. Hay que vigilar sobre todo a las personas mayores, cuya sensación de sed está atenuada y a los niños, cuya necesidad de agua es importante y su termorregulación es todavía inmadura.
- Si adviertes que una peca o lunar cambia de forma, tamaño o color consulta a tu dermatólogo.
