Tus aliados para decir adiós a las rojeces

Hay que intentar evitar los cambios bruscos de temperatura

Por hola.com

No hay duda. Los termómetros son la más clara expresión de que el invierno está a la vuelta de la esquina. Y, además de las consecuencias más habituales, ¿sabes quién sufre de manera muy clara su efecto? La piel, que puede resentirse, sobre todo si es muy sensible. Uno de los mayores problemas de estos cutis es la aparición de rojeces que, si no se cuidan, pueden volverse permanentes. De hecho, el invierno no es la mejor época para las pieles con cuperosis o con tendencia a las rojeces, pues pocas cosas les sientan tan mal como pasar bruscamente del frío exterior a los ambientes con calefacción.

La cuperosis afecta más a las mujeres y cualquier tipo de piel puede padecerla, pero las pieles claras, secas o finas, es decir, las más frágiles, la padecen en mayor medida. Y es que cuando la cuperosis no se trata correctamente, puede desembocar en rosácea, una afección más severa.

Por eso, una vez más, más vale prevenir que curar, por lo que deben extremarse las precauciones, evitando los entornos demasiado cálidos (el calor dilata aún más los capilares) así como los excesivamente fríos, especialmente si hay viento. Además, es aconsejable usar cremas de protección solar a diario y marcas de tratamiento hipoalergénicas, de farmacia, como Vichy, Avéne o La Roche Posay. Cuidado con las fuentes de calor directas (radiadores, chimeneas), las bebidas con alcohol, las comidas picantes, el tabaco y la cafeína, que sólo agravan el problema. En el mercado existen productos específicos que contienen activos como la vitamina K que ayudan a reforzar los vasos capilares y, con ello, las rojeces.

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