Cuestión de tiempo. Exceptuando los protectores compuestos en exclusiva por filtros físicos, que forman una pantalla y rechazan la radiación, la mayoría de las cremas están compuestas por una mezcla de filtros físicos y químicos, que actúan absorbiendo la radiación solar. Y para eso necesitan tiempo. En concreto, unos veinte minutos. Por eso hace falta aplicar la crema antes de exponerse al sol si queremos estar realmente protegidos.
Ley de la abundancia. Las pruebas que se realizan para calcular el índice de protección de un solar parten de una aplicación más que generosa de producto. Es decir: si se quiere contar con la salvaguarda que promete nuestro solar, debemos usarlo en grandes cantidades. Nada de una capita ligera: hay que untarse bien de crema de pies a cabeza.
El paso del tiempo. Hasta los solares más sofisticados pierden eficacia el contacto con el sol. Por eso es importante reaplicar el producto cada dos horas para preservar su integridad. Y si nos damos un chapuzón, hay que adelantar ese tiempo, puesto que gran parte del solar se va en contacto con el agua y la toalla.
Especial para ellos. A los hombres no les gustan las texturas untuosas: para ellos, nada como los nuevos sprays libres de aceite que no dejan sensación de crema y que se aplican en un segundo. Eso sí: también deben reaplicarlos con frecuencia.
Mimos al final del día. Acabada la jornada de playa, no está de más dedicar otro mimo extra a la piel en forma de after sun. Estos productos contienen más agentes calmantes y regeneradoras que las hidratantes corporales habituales, por lo que conviene invertir en ellos y darle un gusto a la castigada piel.
La piel bronceada también necesita protección. A menudo, las personas de piel muy oscura o que ya están bronceadas piensan que pueden renunciar a la protección: no es una buena idea. Es mejor usar un solar, aunque sea de índice bajo, pues la piel queda más hidratada, con un bronceado más duradero y a la larga, reduce el riesgo de arrugas y manchas. Una buena idea son los productos en spray, muy ligeros y fáciles y rápidos de aplicar.
El más recomendado.¿Alguna vez sintió curiosidad por saber cuál es el factor de protección solar más aconsejado por los dermatólogos? Posiblemente, el 15, que permite un bronceado muy suave y gradual a la vez que cuida la piel de forma segura.índice
Rostro y algo más. Ya sabemos que el cutis sufre especialmente los rigores solares. ¿La razón? Está expuesto a la radiación ultravioleta todo el año, y no sólo en verano. Pero este problema no se limita al rostro, sino que también afecta al escote, una zona especialmente frágil y sensible. Por eso conviene usar protecciones más altas y no limitarse a aplicarlas hasta el cuello, sino seguir hasta el pecho, incluidos los senos si se hace top less.