La celulitis es un problema multifactorial. Es decir, se debe a varios factores combinados, y por tanto, la única forma de atajarla con éxito es, por un lado, comenzar cuanto antes, y, por otro, combatirla desde varios frentes.
Alimentación sana. Las comidas ricas en grasa y/o azúcar hacen algo más que engordar. Las muy malvadas se acumulan sobre todo en piernas y abdomen. Y además, evitan que el sistema metabólico funcione adecuadamente, porque al ser fáciles de procesar por el sistema digestivo, no ponen en marcha los mecanismos de combustión más adecuados. Una dieta variada y equilibrada evita que los adipocitos se llenen de grasa, y además, evita el estreñimiento, que también es causa de celulitis.
Ejercicio. El sedentarismo evita que se pongan en marcha tanto la circulación sanguínea como la linfática. Moverse es la mejor (¡la mejor!) receta para evitar que se produzca el estancamiento de la sangre y de la linfa, que es el primer paso de la celulitis Y es que el cuerpo humano está hecho para moverse, ¡sólo así funciona realmente bien!
Adiós al tabaco. La nicotina es una auténtica fuente de toxinas. Y por tanto, de celulitis. Y no sólo añade una considerable dosis de estos indeseados elementos, sino que además impide la correcta oxigenación de las células, constriñendo aún más su respiración. ¡Lo único que le faltaba a los pobres y atosigados adipocitos!
Un programa de cuidados. Los masajes, que estimulan la circulación, así como la aplicación regular ¡y constante! de cremas mejoran la calidad de la piel, y con ello, disminuyen la apariencia de la piel de naranja. Especialmente importante es todo aquello que favorezca la eliminación de líquidos, active la circulación (por ejemplo, aplicarse la crema con un masaje) y favorezca la firmeza cutánea, ya que la flacidez hace que la celulitis se haga más visible.
Mejorar la circulación. Nada de ropa apretada. Adiós a pasarse el día tumbada. Mucho cuidado con los tacones, las botas apretadas y los zapatos de pulsera. Hay que asegurarse que la sangre fluye libremente. Este uno de los mayores mandamientos anticelulíticos, que se puede completar tomando complementos venotónicos como el ruscus, el castaño de Indias o el gingko biloba, que mejoran el retorno venoso. Como beneficio adicional, así se combaten también las piernas cansadas y las varices.
Constancia. Ni hay mal que cien años dure ni tratamiento anticelulítico de larga duración… Es decir, de nada sirve echar el resto para lucir bien un verano y luego volver a los malos hábitos de inmediato. Tener a raya la celulitis significa apostar por un estilo de vida saludable que, por cierto, viene bien ¡para todo!
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