Pecho firme y bonito

Los senos son uno de los símbolos de la feminidad. Más allá de su función biológica (amamantar al bebé), se han convertido en icono de belleza, rasero y medida por la que juzgar y ser juzgadas a pesar de que ni su forma ni tamaño estén relacionados con su funcionalidad.

Por hola.com
  • La gravedad, principal enemigo de los senos. Una de las características del pecho femenino es que está compuesto principalmente por glándula mamaria, un tejido graso que carece de musculatura y que, por tanto, no se puede ejercitar. Esta es la razón por la que la gimnasia pueda influír poco en su forma o tamaño: la mama se asienta sobre los músculos pectorales, es cierto, pero su única defensa ante la gravedad es el llamado "sostén natural", es decir, el triángulo de piel que va de la base del cuello a las axilas. Este sostén puede ser suficiente para las mujeres de poco pecho, pero resulta claramente escaso para los senos grandes.
    Por si fuera poco, esta piel no es especialmente rica en colágeno y elastina, las fibras que dan fuerza y elasticidad al tejido, por lo que no tardan en "perder fuelle" ante los cambios lógicos en la vida de toda mujer, como los cambios de peso, el embarazo o la hinchazón y posterior reducción de las mamas asociadas a cada periodo menstrual. Estos ejercicios de "tensión - distensión" acaban provocando una flacidez del sostén natural que, con el paso de los años, hace caer el pecho.
  • Mantener la juventud del pecho es una tarea de prevención. Si bien no hay ejercicio que consiga aumentar el tamaño de los senos, se puede ayudar a preservar la firmeza del sostén natural dedicándoles cinco minutos diarios desde muy joven, antes de que la naturaleza siga su curso.
    - Situada frente a una pared, apoye las manos en ella con los codos flexionados a la altura de los senos. Realice "flexiones" contra la pared, sintiendo como ejercita el sostén natural, no los brazos. Haga unas cuarenta series diarias.
    - Junte las manos delante del pecho, manteniendo los brazos en ángulo recto con el tronco. (Las muñecas deben quedar a la altura de los senos). Apriete una mano contra otra durante cinco segundos. Descanse. Repita. Haga veinte series a diario.
    - Si hace ejercicio, no olvide llevar un sostén deportivo para evitar que el pecho se mueva con cada movimiento. Redoble los cuidados si practica deportes de impacto como equitación, aerobic, jogging, etc.
    - ¿Es capaz de soportar el agua fría? Las duchas a bajas temperaturas ayudan a mantener la firmeza del tejido, especialmente si se realizan desde la pubertad.
    - El sostén es su mejor amigo, siempre y cuando lleve la talla adecuada. Recuerde que la medida de esta prenda se da tanto por el contorno (diámetro de la espalda, que se expresa en centímetros), como por la copa o volumen del seno propiamente dicho, clasificado por letras que van de la AA (el más pequeño) a la DD (extragrande).

  • El apoyo cosmético. No faltan en el mercado productos reafirmantes del busto que mejoran su firmeza y le dan más tersura. Lógicamente, no hacen milagros ni sustituyen a la cirugía, pero pueden mejorar el aspecto de los senos y realzar su turgencia.
  • Cuidados extra durante el embarazo. Hasta hace poco se creía que la aparición de estrías dependía tan sólo del aumento de volumen, que causaba una tensión de la piel que desembocaba en la ruptura de las capas más profundas que se manifestaba en forma de estrías, pero se ha demostrado que en su formación también influyen factores hormonales. Para evitar verse cubiertas de las inofensivas pero antiestéticas estrías, las embarazadas no pueden más que mantener la piel ultra - hidratada a base de la aplicación repetida y constante de cremas muy untuosas que aseguren la mayor flexibilidad posibel de la piel.
  • Los peligros del top less. Observe la piel de su escote y la de los senos. ¿Nota la diferencia? El pecho está más liso y terso porque sufre una menor agresión solar. Por eso, si le gusta practicar el top less, debe extremar los cuidados de esta piel tan delicada, usando protectores de pantalla total (especialmente en la zona del pezón), recordando siempre que es precisamente la radiación ultravioleta una de las principales causantes de la flacidez de los tejidos.