Directa al grano

Cómo combatir el acné adulto

Por hola.com

Una y otra vez, nos dicen que el acné es un problema de adolescentes. En líneas generales es cierto, puesto que, debido a las alteraciones hormonales propias de la edad, unos ocho de cada diez jóvenes sufren de granos e impurezas en algún momento de su adolescencia. A la mayoría (el 70%, según un estudio de la marca Clinique), le desaparece con la edad. Sin embargo, el acné no se limita a los jóvenes, sino que puede afectar también a los adultos, incluso a aquellos que nunca tuvieron que preocuparse por una sola espinilla hasta bien terminados los estudios. Según este mismo estudio, nada menos que el 50% de las mujeres (es decir, una de cada dos), sufren acné en algún momento de su madurez.

¿Granos e impurezas? Más vale prevenir
Los granos se forman cuando un folículo piloso se llena de grasa y queda sellado por las células muertas que se producen durante el proceso de regeneración de la piel. Esa grasa no encuentra salida, lo que crea un perfecto campo de cultivo para las bacterias que acaban irritando el folículo hasta provocar la inflamación y rojez que da paso al grano. Es obvio que la forma más sencilla de evitar la aparición de las espinillas y demás malandrines es impedir que los poros se lleguen a obstruir, lo que requiere mantener la piel siempre limpia. Por eso, las pieles que tienden a sufrir impurezas necesitan una higiene escrupulosa.

Limpia como una patena
Uno de los mejores sistemas para evitar que los poros lleguen a quedar taponados es hacer borrón y cuenta nueva de forma regular, limpiando la piel cada noche con un producto libre de aceites. En casos de grasa más graves, puede ser necesario hacerlo también por la mañana. Limpiadoras en espuma tienen la ventaja de emulsionarse nada más entrar en contacto con el agua, por lo que limpian la piel sin necesidad de frotar. Si usa un gel limpiador al agua, es importante que aclare a conciencia, puesto que los restos de jabón pueden irritar la tez.

Como complemento a la limpieza, y continuando el ritual de higiene, puede practicar una suave exfoliación química, es decir, mediante productos que contengan agentes queratolíticos (por ejemplo, alfahidroxiácidos) que eliminen esas células muertas de la piel de forma suave, sin irritar la piel. Esto se puede conseguir bien a base de tónicos que contengan ácidos o con cremas de tratamiento que ejerzan esta misma acción exfoliante.