Los médicos estéticos tienen un durísimo nombre para esas arrugas que descienden desde las comisuras de la boca: líneas de marioneta. Lo cierto es que estas arrugas, que dan aspecto enfurruñado, se producen por una combinación de los gestos con el descenso de los tejidos faciales.
Su principal enemigo: El paso del tiempo y la flacidez. Están muy relacionadas con la estructura ósea, por lo que son en gran medida, genéticas.
Tratamiento imprescindible: Evitar las pérdidas bruscas de peso puede ayudar, así como el sol, que aumenta -¡y mucho!- los problemas de flacidez cutánea.
Alternativa estética: Las infiltraciones de materiales de relleno (siempre no permanentes, como el ácido hialurónico) son la opción más adecuada, así como la mesoterapia con vitaminas y activos reafirmantes, que al reafirmar el tejido, atenúan ese rictus. Como explica el doctor Chams, "al revitalizar y reactivar todo el tejido mediante infiltraciones, la piel se tersa desde el interior, sin dejar ese aspecto hinchado y poco natural que puede dejar infiltrar tan sólo en la propia arruga".
Arruguitas de los labios
Con el paso del tiempo, la mucosa labial pierde volumen. Además, los gestos continuos de la boca hacen que a partir de los 40, los labios se vean mucho más delgados y, poco después, comiencen a aparecer las llamadas arrugas de ‘código de barras’.
Su principal enemigo: Sin duda, el tabaco. Tanto por la nicotina, que ahoga el tejido y lo inunda de radicales libres, como por el gesto de aspirar el cigarrillo, que potencia enormemente esas arrugas.
Tratamiento imprescindible: Hidratación, hidratación e hidratación, ¡hasta el aburrimiento! Es la mejor forma de compensar la falta de glándulas sebáceas de los labios. Lo más nuevo son los productos volumizadores, que por un lado estimulan la microcirculación, llevando así más sangre a la zona y, por otro, tienen activos que, al contacto con la humedad de la boca, se hinchan y aumentan de tamaño.
Alternativa estética: Las infiltraciones con materiales semipermanentes en el borde del labio superior suavizan ligeramente las primeras arruguitas. Cuando éstas ya son más profundas, es más conveniente algún sistema ablativo, que quita capas de piel, como el láser. La doctora Pardos recomienda un láser fraccionado como el Láser Píxel, que renueva y retrae la piel a la vez, pudiendo hacerse varias sesiones para conseguir un resultado a la medida.
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