Los secretos del cabello rizado

Entre salvaje y helénico, el cabello rizado permite más espontaneidad, pero también exige mimos específicos.

Por hola.com

Curiosa naturaleza la de los rizos: pese a su aspecto fuerte, capaz de soportar mil y un batallas, resulta ser especialmente frágil. La razón radica precisamente en su forma, que obtiene al cambiar de dirección una y otra vez, dando vueltas y retorciéndose al crear cada vuelta de bucle. Esto provoca puntos más débiles que otros a lo largo de cada cabello, especialmente sensibles a las agresiones de agentes agresivos como los alisados o los tintes, que tienden además a formar nudos y enredarse.
El cabello rizado necesita ser tratado con mimo, sin tirones que puedan quebrarlo. Use siempre peines de púas anchas, comenzando a desenredar siempre desde las puntas y ascendiendo gradualmente, sin cepillados bruscos. Recurra al acondicionador en cada lavado y no se empeñe en alisarlo a toda costa: los brushing constantes con aire de secador muy calliente resecan la fibra capilar y dejan el cabello áspero y sin brillo.
En caso de rizo muy cerrado, puede recurrir a la peluquería para un alisado, proceso que, como la permanente, altera la estructura interna del cabello para romper el rizo y relajarlo. Sin embargo, este proceso es extremadamente agresivo para el pelo, y a menudo lo debilita tanto que lo quiebra. Otra opción puede ser hacerse un moldeado, para transformar el rizo muy pequeño y cerrado en ondas, sin intentar el alisado total.