Soluciones sencillas para cabellos complejos

Aunque lo ideal es tener un cabello fuerte desde la raíz, no hay que desesperar si no presenta el aspecto deseado. Con algo de maña, cuidados y buenos productos, todo es posible.

Por hola.com

Pocos elementos estéticos preocupan tanto a la mujer como el pelo. Su forma, exceso, carencia, estado, vigor o forma de peinarlo es motivo de mil y un horas de cuidados. Ése es quizás el aspecto más negativo del cabello: requiere tiempo y trabajo. Por otro lado, tiene una gran ventaja. A diferencia de la piel, cuyo aspecto depende principalmente de factores internos, el cabello responde muy bien si recibe los cuidados adecuados. Es posible tener un pelo dañado y, a pesar de ello, trucar su aspecto y hacer que parezca sano y vital. ¿Cosa de magia? En absoluto.

Más cuerpo para el pelo sin volumen
Dos son los motivos más frecuentes para que una cabellera parezca poco poblada. Puede ser, sencillamente, que no se tenga demasiado pelo o bien que tenga un diámetro tan fino que parezca escasa. En ambos casos, la solución comienza con un buen corte.
Favorecen las capas con movimiento, los largos hasta la mandíbula como máximo y los desfilados: todo, con tal de evitar que el pelo caiga como una manta. El segundo paso es buscar un champú específico para este tipo de cabello. Son productos ligeros que arrastran todo resto de geles, gominas, laca, etc., y crean electricidad estática que separa un pelo de otro y, por tanto, lo engrosa. Si además se recurre a sprays volumizadores, mejor que mejor. Se aplican sólo sobre la raíz del cabello seco con toalla, antes de echar la cabeza hacia abajo para un primer golpe de secador, lo que ayuda a levantar el nacimiento del pelo.
No está de más usar uno de los llamados cepillos de esqueleto para potenciar el efecto. Cuidado con los productos de fijación, que pueden apelmazar el pelo. Es mejor ser cauta con ellos y, en caso de necesitarlos, optar sólo por una espuma volumizadora o un toque de laca.

Rebelde sin causa
Un pelo fosco, indomable, y sin intención alguna de comportarse con el más mínimo recato. Este es el caso del cabello que se electriza con facilidad, que parece dispararse en todas direcciones y se niega a mantenerse liso y brillante. ¿Cuál es la causa? El cabello, demasiado poroso, absorbe cualquier gota de humedad del medio ambiente y se hincha como una esponja.
Para evitarlo hay que cerrar las puertas de entrada de esa agua lo que, básicamente, significa usar siempre un acondicionador, y como producto de fijación, algún gel o crema alisadora o antihumedad, capaces de recubrir la cutícula y sellar cada pelo.
Entre este tipo de productos destacan los sérums de silicona. En ocasiones muy especiales, y cuando se trata de eliminar todo rastro de rizo, puede recurrir a un toque de plancha, que arrastra todo el agua del interior del pelo y alarga la duración del peinado. Aunque, eso sí, lo puede secar en exceso, por lo que más vale recurrir a este truco sólo de forma ocasional.

Frágil como un recién nacido
Perder hasta cien cabellos diarios es normal. Lo que no es tan corriente es que éstos se quiebren y partan, dejando un rastro de puntas abiertas y cepillos cubiertos de pelo pasado a mejor vida. El motivo más frecuente es la degradación de la cutícula o capa de protección exterior del cabello, que al desaparecer, lo deja, casi literalmente, al desnudo, débil e incapaz de aguantar los embates del lavado, el cepillado y el aire caliente del secador.
Para restañar los daños que sufre esa armadura natural, conviene usar siempre champús y acondicionadores para cabello fragilizado, que devuelven parte de esas proteínas perdidas y ayudan a fortalecerlo desde el interior.
Este programa se completa con muchos, muchos mimos: mascarillas reparadoras, cepillados suaves, tratamientos rehidratantes y, sobre todo, una retirada incondicional de los agentes agresivos, tales como tintes, permanentes o un exceso de sol.

Una gran desazón
Un cuero cabelludo tirante, irritado, que molesta. ¿Es signo seguro de caspa? O, lo que es peor... ¿de malhadados parásitos como los piojos? No necesariamente. Como la piel del resto del cuerpo, la que cubre la cabeza puede sufrir de deshidratación o un exceso de sensibilidad, descamación incluida. Aunque, a diferencia de la caspa, ésta se manifiesta en forma de placas blanquecinas planas, más bien grandes, que caen con facilidad. El problema suele empeorar en verano, cuando se aumenta la frecuencia de lavado y el uso de geles y gominas de fijación fuerte.
El tratamiento se basa en los mismos principios del cuidado de la piel seca. Hidratación, mucha hidratación. No conviene lavar el pelo demasiado a menudo, haciéndolo ¡siempre! con un champú suave o, aún mejor, para cuero cabelludo sensible.