Causas de la caída del cabello

Dicen que perder unos cien cabellos al día entra de lo normal, pero...¿alguien se ha parado alguna vez a contarlos? Porque así, a simple vista, una centena no parecen pocos. Conocer mejor los mecanismos de crecimiento y de caída del pelo ayuda a entender mejor este proceso.

Por hola.com

¿Por qué se nos cae el pelo regularmente? Sencillamente, se trata del ritmo normal de recambio del mismo, que sigue un ciclo constante a lo largo de su vida que consta siempre de tres fases.
La primera es la de crecimiento o anágena, cuando el cabello comienza a crecer. Es la más larga y dura de tres a siete años. Por ejemplo, un pelo que llegue por debajo de los hombros será porque ha tenido una fase anágena muy larga. Aunque ésta nunca deja de producirse, con la edad el cabello crece más fino y no llega a alcanzar la misma longitud que en la juventud. Cuando finaliza esta etapa, se inicia la fase catágena o de descanso, que no dura más de un mes. Es un periodo como de barbecho: ni se produce pigmento, ni el pelo crece, ni hay actividad alguna, pero la raíz del cabello va saliendo hacia fuera y se va desplazando gradualmente hacia el exterior. El tramo final se denomina fase telógena, y dura de doce a dieciséis semanas. Durante este tiempo, el cabello nuevo que nace para sustituir al anterior va empujando al pelo viejo hacia la superficie del cuero cabelludo. Estos son los pelos que se caen habitualmente y que aparecen en el cepillo, en la ropa o en la almohada, y que no duelen si se arrancan.

El influjo de las estaciones
Los tricólogos, los médicos especializados en el estudio del cabello, aseguran no saber con exactitud cuáles son las razones por las que el pelo se cae más durante la primavera y el otoño, e incluso aventuran que pudiera ser un vestigio de tiempos pretéritos, cuando el hombre, como los animales, mudaba el pelo con los cambios de estación.
Sea cual sea la razón, lo cierto es que el pelo se cae más en determinadas fechas. Este proceso normal puede ser extraordinariamente preocupante para las mujeres que tengan poco pelo, que no tienen ninguna gana de perder ni un solo cabello de más. Para evitarlo, nada como superar este periodo con un ciclo de tratamiento con algún producto anticaída. Lo idóneo sería comenzarlo antes de que empiece a caerse, de forma preventiva, siendo constante y acompañando la aplicación del producto con un pequeño minimasaje del cuero cabelludo, que estimula las raíces y mejora la oxigenación y nutrición del folículo piloso. Los productos actuales no consiguen tanto el nacimiento de nuevo pelo como evitar la caída del ya existente, frenando los mecanismos que provocan el problema en la misma raíz.

El paso del tiempo
Con los años, también se produce una disminución del número de cabellos porque decrece la cantidad de folículos capaces de producir pelo, lo que afecta sobre todo a los que se encuentran en lo alto de la cabeza, razón por la que el cuero cabelludo se "clarea" a partir de la madurez, un proceso especialmente notable tras la menopausia.
Lo que en los hombres suele traducirse en calvicie, en las mujeres se expresa como una cabellera más fina y despoblada. Este fenómeno, más o menos inevitable, se puede paliar con los productos anticaída, si bien ha de quedar claro que, aún siendo de gran ayuda, no hacen milagros. Una solución para recuperar ese cuerpo perdido es usar productos volumizadores, que dan un aspecto más pleno a la cabellera.
En algunas peluquerías se intercalan extensiones de pelo del mismo color y largo que el natural, diseminadas en todo el cuero cabelludo, para crear volumen extra, obteniéndose un efecto totalmente natural que dura aproximadamente unos seis meses, cuando hay que reemplazar las extensiones.

El estrés
Imaginen que, de la noche a la mañana, amanecen con una calva en la cabeza. Redonda, sin un solo pelo. Bien, pues eso se llama alopecia areata, un tipo de calvicie caracterizado por la súbita aparición de áreas totalmente despobladas de cabello, siempre de forma circular y con tamaños que van del de la circunferencia de una moneda hasta a veces cubrir casi media cabeza, como le sucedió en el pasado a Carolina de Mónaco.
Curiosamente, aún no se conocen con certeza las causas de este fenómeno, aunque se sabe que está directamente relacionado con el estrés. Por tanto, suele aparecer al final de periodos especialmente agobiantes o cuando se pasan momentos de gran tensión. Otra posible causa son infecciones no tratadas, incluso aparentemente tan poco relacionadas con el pelo como una caries en una muela.
El tratamiento pasa por nutrir y cuidar el cuero cabelludo con algún tipo de tónico capilar, pero, sobre todo, por eliminar las causas de ese estrés, lo que permite que el pelo vuelva a crecer gradualmente. De hecho, el estrés es un elemento extraordinariamente nocivo para el pelo, ya que provoca un aumento de la producción de hormonas masculinas, tanto en hombres como en mujeres, lo que altera el equilibrio natural del cabello y provoca gran número de casos de caída femenina, que incluso llegan a parecerse a los patrones de caída masculinos, un fenómeno antes desconocido.