Las pieles claras, es decir aquellas de fototipos I y II (que apenas o nunca se broncean, y cuando lo hacen, primero se queman) sufren especialmente a causa de su indefensión ante la agresión de los rayos ultravioleta. Ése es el motivo por el que famosas con cutis hermosos, pero claros, como Claudia Schiffer o Nicole Kidman, cuidan mucho sus exposiciones al sol. A esta debilidad innata se une el hecho de que los cutis claros suelen ser pobres en grasa, lo que los hace especialmente frágiles.
Los problemas principales de las pieles claras suelen ser:
Arrugas finas, no especialmente pronunciadas, pero más frecuentes en la zona donde la piel es más frágil, como el contorno de los ojos. Tendencia a la flacidez, ya que los cutis claros suelen mostrar cierta tendencia temprana al descolgamiento facial, especialmente en la zona de las mandíbulas. Aparición de puntos blancos, provocados por una falta de exfoliación regular. Y acumulación de grasa en los poros.
Para proteger y mantener su juventud deben: Usar a diario una hidratante que contenga factor de protección 15, para así mantener la integridad de las fibras de colágeno y elastina. Evitar a toda costa la exposición incontrolada que desemboca en quemaduras, ya que este tipo de lesiones solares resulta especialmente graves en las pieles claras. Por tanto, la exposición solar debe ser siempre muy gradual y hecha con la ayuda de protectores de índice de protección 15 como mínimo. Tomar una alimentación rica en vitamina C (presente en los cítricos, kiwis, pimientos y fresas entre otros) y en proteínas (como las de la soja, huevos, lácteos y carne), ya que estos ayudan a mantener en buen estado el colágeno, principal fibra de sostén de la piel.
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