¿Piernas pesadas? ¡No, gracias!

Evitar el sedentarismo y los tacones y darles masajes relajantes, claves para evitar que se hinchen y duelan

Por hola.com

Calor y tacones pueden convertirse en un cóctel explosivo para nuestras piernas. Al final de un duro día de trabajo se muestran cansadas e hinchadas. Los problemas circulatorios pueden ser una de las principales causas, pero también el hecho de tener que aguantar durante todo un día luciendo zapatos y sandalias, a veces, de alturas imposibles.

Si lo que quiere es un alivio casi inmediato, puede probar a descansar con las piernas en alto (apoyando los talones contra una pared). Pero, además, las cremas activadoras también pueden convertirse en un buen aliado para evitar el cansancio y dolor. Existen muchas en el mercado y producen una sensación refrescante y reconfortan las piernas hinchadas. Extendiéndolas sobre la piel (la mayoría pueden aplicarse también encima de las medias) con un sencillo masaje manual, conseguirá hacer penetrar en su piel sus principios activos vegetales, activando la circulación interna y mitigando el dolor al instante. Y es que seguro que sus piernas agradecen un masaje.

Además, intente olvidar los zapatos de tacón alto y de aguja, y tenga en cuenta que el exceso de peso tampoco es un buen aliado para sus piernas, pues agrava los problemas de circulación, así como el sedentarismo o los trabajos que exigen estar muchas horas de pie sin moverse del sitio. Por eso la mejor forma de poner en marcha la bomba circulatoria es hacer deporte, sobre todo caminar o nadar. El gesto más eficaz es mover el pie de arriba abajo a la altura del tobillo, como si se estuviera pedaleando. Así se impulsa la sangre que llega a los pies de regreso hacia el corazón.

Más consejos: cruzar, doblar o encoger las piernas dificulta el retorno venoso. Si ha de pasar mucho tiempo sentado, conviene hacer pausas de cinco minutos cada hora y dar un pequeño paseo. Y un enemigo más: las prendas ceñidas, como los vaqueros apretados, los calcetines ajustados o las botas que comprimen. Por último, pruebe a finalizar cada ducha con un chorro de agua fría dirigido desde los tobillos hacia la cintura para estimular la circulación.