El cabello está expuesto a multitud de agresiones externas, cuyas consecuencias se traducen muchas veces (especialmente tras el verano) en un pelo deshidratado, débil, con las puntas muy abiertas... Para recuperar todo su brillo y color existen una serie de tratamientos reparadores que, conociendo su utilidad, consiguen que el pelo luzca no solo sano sino adaptado al ‘look’ que más le guste. Y es que, además de las mascarillas y los champús clásicos, el mercado ofrece hoy día una amplia gama de productos que permiten algunos cambios estéticos de lo más originales.
Reparación e hidratación Para devolver la hidratación perdida al pelo lo más eficaz es usar un sérum que cierre la cutícula y mejore su aspecto. En general, la combinación de champú hidratante y acondicionador suele dar muy buenos resultados, sobre todo en pelos porosos y foscos. Si su problema es que no sabe cómo mantener las puntas abiertas a raya, un buen champú con pH neutro tratará el interior de la estructura y lo mejorará.
Fijación Por otro lado, gracias a los productos de fijación se puede dar cualquier forma al cabello. Nada como los productos de última generación como los llamados wet look para conseguir un efecto mojado, eso sí, aplicándolos después de trabajar el pelo con los dedos ahuecándolo desde la raíz. Los geles dan un acabado de efecto húmedo y recogen el pelo, pero al usarse en cabellos muy finos su efecto es apelmazante. Sin embargo, una variedad de gel muy viscoso es el sérum de silicona, que protege al pelo y le da mucho brillo. Basta con calentar un poco de cantidad del producto en las manos y extenderlo a conciencia para que no quede muy apelmazado. Pero si lo que desea es dar volumen a un cabello pobre y seco, la espuma evitará que se quede lacio.
En definitiva, toda una gama de posibilidades para dotar al pelo de vitalidad y modernidad sin perder su naturalidad.
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