Cambios de peso, embarazos, lactancia, alteraciones hormonales propios de la menstruación y, sobre todo, la famosa ley de la gravedad, que con el paso del tiempo se hace notar de forma invariable... Por mucho que una mujer se empeñe, lo cierto es que llegar a los 35 o 40 años con un pecho perfecto es casi una misión imposible.
No obstante, también es verdad que hoy en día disponemos de armas para combatir y prevenir esa odiada flacidez. En primer lugar, la práctica regular de ejercicios específicos ofrece muy buenos resultados para fortalecer los músculos y la piel de zona, extremadamente frágil. (Si quiere conocer algunos de estos ejercicios pinche aquí). Por otro lado, no debemos olvidar la ayuda de la cosmética, con su gran gama de productos especialmente formulados para tratar y cuidar la firmeza del pecho. He aquí una pequeña selección: