En muchas ocasiones, los pies son durante el invierno los ‘grandes olvidados’ del cuidado corporal. Sin embargo, con la llegada del buen tiempo, hace también su aparición un calzado mucho más ligero; sandalias de mil y un colores y formas, que ‘delatan’ y descubren quién ha prestado y quién no la suficiente atención a esta importantísima parte del cuerpo. Y es que, más allá de lo puramente estético, no hay que olvidar que los pies proporcionan apoyo a nuestro organismo (son el contacto con la superficie que pisamos), y que si éstos no se encuentran en condiciones óptimas, la persona tampoco se sentirá cómoda.
A continuación le ofrecemos un práctico decálogo para que sus pies luzcan esta primavera y verano más bonitos y sanos que nunca:
-Siempre que pueda, camine o corra descalzo (sobre la arena de la playa, por ejemplo). Es uno de los mejores ejercicios ya que se fortalecen los músculos no sólo de los pies sino también de pantorrillas, rodillas y, desde ahí, los de la espalda.
-Uno de los primeros pasos para conseguir unos pies de lujo es acudir a un podólogo para que los ponga ‘a punto’, eliminando durezas, callosidades, uñas mal cortadas. etc.
-Es necesario proveerse de algunos productos de cuidado específico para poder utilizar en casa al menos dos veces por semana: una lima, un exfoliante, una crema hidratante y un spray refrescante que sea también desodorante para los días de más calor.
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