Son pieles frescas, llenas de luminosidad y, por supuesto, sin una sola arruga. Sin embargo, los cutis más jóvenes cuentan también con sus propios problemas. Y es que la adolescencia trae consigo una revolución hormonal, a menudo acompañada de una producción excesiva de sebo y de acné. De todas formas no hay que pensar que se trata de una fatalidad sin remedio ya que, aunque con esfuerzo y perseverancia, esos incómodos granitos e imperfecciones pueden desaparecer. ¿Las claves?: una buena higiene y el uso de unos productos adecuados.
Todo un ritual, que hay que seguir al pie de la letra y que podríamos dividir en tres etapas:
Por otro lado, no hay que olvidar que, además de este tratamiento progresivo, también existen en cosmética innumerables productos especialmente diseñados para camuflar los granitos y para resaltar la belleza de las pieles más jóvenes. A continuación le proponemos algunos ejemplos: