Guerra abierta al acné

Entre las claves para combatirlo destacan la limpieza, la tonificación y una buena hidratación de la piel.

Por hola.com

Son pieles frescas, llenas de luminosidad y, por supuesto, sin una sola arruga. Sin embargo, los cutis más jóvenes cuentan también con sus propios problemas. Y es que la adolescencia trae consigo una revolución hormonal, a menudo acompañada de una producción excesiva de sebo y de acné. De todas formas no hay que pensar que se trata de una ‘fatalidad’ sin remedio ya que, aunque con esfuerzo y perseverancia, esos incómodos granitos e imperfecciones pueden desaparecer. ¿Las claves?: una buena higiene y el uso de unos productos adecuados.

Todo un ritual, que hay que seguir al pie de la letra y que podríamos dividir en tres etapas:

  • Sanear: es muy importante limpiar y purificar la piel. Sea con productos en gel o en crema, estas fórmulas suelen ser antibacterianas y contienen ácido salícílico, elemento que actúa en profundidad y exfolia la piel sin agredirla. De modo que... ¡adiós a los jabones y demos la bienvenida a los geles suaves! Además, una o dos veces por semana, es bueno realizar un peeling para eliminar las células muertas de la piel.

  • Tonificar: el paso siguiente será el de tonificación. Para ello existen distintos productos en el mercado no excesivamente caros y muy eficaces.

  • Tratar: a continuación, tendrá lugar el último paso del tratamiento que consiste en actuar sobre granos y espinillas regulando la producción de sebo y, al mismo tiempo, hidratando la piel. Para ello utilizaremos alguna de las muchas cremas para pieles grasas que cumplen ambos requisitos.

    Por otro lado, no hay que olvidar que, además de este tratamiento progresivo, también existen en cosmética innumerables productos especialmente diseñados para ‘camuflar’ los granitos y para resaltar la belleza de las pieles más jóvenes. A continuación le proponemos algunos ejemplos: