Dulce, deliciosa y, además, una buena aliada de su belleza. Le hablamos de la miel, un ingrediente que, cada vez más, se va haciendo un hueco en la cosmética. Sola o combinada con ingredientes como el aceite de jojoba o la leche (una mezcla tan socorrida cuando llegan los resfriados), es la base de muchos jabones, un producto que, por otra parte, vuelve a recobrar su antiguo esplendor. Así, firmas como Oriflame, Nivea o L'Occitane no dudan en recurrir a las propiedades de este ingrediente ten goloso.
Y es que la miel no sólo endulza sus postres, sino que son de sobra conocidas sus virtudes calmantes, tonificantes y antibióticas (dice la leyenda que ya Hipócrates recomendaba sanar las heridas con miel). Usada como emoliente natural, la miel atrae y retiene la humedad en la piel, acondicionándola y aliviando la sequedad.
De hecho, el fruto del trabajo de las laboriosas abejas es uno de los componentes básicos de muchas recetas cosméticas caseras, como mascarillas o acondicionadores de cabello. ¿Se anima a darle un delicioso toque de dulzura a su piel?