Cómo decirle adiós a un tatuaje

Angelina Jolie se ha quitado el nombre de su ex marido que llevaba impreso en el brazo

Por hola.com

Son muchos los famosos que se suman a la moda de los tatuajes: originales dibujos, símbolos y nombres propios llenan los cuerpos de algunas de las estrellas del momento. Tal vez estos últimos son los más problemáticos en un mundo como el de Hollywood, en el que las relaciones de pareja se tambalean a menudo y el nombre del amado enmarcado en un romántico corazón puede acabar molestando. Eso es lo que le ha pasado a Angelina Jolie, que llevaba marcado en su brazo el nombre del que fue su marido, Billy Bob. En su última aparición pública con motivo de la entrega de los premios Bafta, la joven actriz apareció sin él.

Eliminar un tatuaje no es fácil. Los pigmentos se introducen mediante la aguja en la dermis, donde quedan instalados para siempre. Aunque con el tiempo el color pierde cierta intensidad, nunca llega a desaparecer del todo. Hasta la aparición del láser, el sistema para borrarlos era ciertamente brutal: se eliminaba el trozo de piel tatuado con una cuchilla o con un bisturí, lo que podía dejar una cicatriz considerable. Otra alternativa era la dermoabrasión, técnica por la que se pasa una especie de lija a gran velocidad, lo que deja también una gran marca.

Afortunadamente, con la aparición del láser este procedimiento resulta mucho menos doloroso y, sobre todo, con una cicatriz mucho menor. El láser actúa emitiendo energía que es absorbida por el pigmento melánico de la piel o el de los tatuajes, fragmentándolos para que desaparezcan. El láser almacena unidades de luz hasta que se alcanza un punto álgido, despidiendo pulsaciones ultracortas de altísima intensidad energética. Esto deshace el pigmento en fragmentos microscópicos, que así pueden ser eliminados por el sistema inmunológico del organismo, que se deshace de ellos a través del sistema circulatorio y linfático.