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No son pocas las personas que tienen en su rostro las marcas del acné, un problema estético que preocupa a más de uno pero, por desgracia, no siempre es fácil, ni totalmente posible, eliminarlas, especialmente si estas son profundas. El resultado de los tratamientos depende tanto de la profundidad y antigüedad de la cicatriz, como del fototipo (color natural de piel, ojos y cabello). Por ello, el primer paso es acudir a un buen dermatólogo y/o médico estético, para que evalúe nuestro caso.
Si éstas no son demasiado marcadas, pueden atenuarse mediante peelings a base de ácido glicólico, que deben ser realizados por un dermatólogo o un médico estético. Estos especialistas son capaces de adaptar la intensidad de los posibles peelings según el tipo de cicatriz, ya que cuanto más marcadas sean, más fuerte debe ser la exfoliación. En algunos casos, incluso se puede llegar a infiltrar sustancias en el interior de las cicatrices más grandes pero esto es algo que sólo debe ser recomendado y realizado por un médico experto y de probada reputación.
En el caso de que la profundidad de la cicatriz sea mayor, quizás necesitará peelings más profundos, que son más eficaces, pero entrañan un mayor riesgo de efectos secundarios (manchas, pigmentación irregular), especialmente en los cutis morenos. Sólo un experto puede evaluar la mejor solución, tanto a corto como a largo plazo.
Eso sí, no existe crema milagrosa con que borrar las cicatrices. Y si se aplica cualquier crema si aún tiene granos, puede empeorar el problema de estos últimos. Para conseguir que la piel se regenere, ha de tratarla con cuidado y quizás usar alguna crema de efecto ligeramente exfoliante (las encontrará en farmacias), que pueden contribuir a atenuarlas.
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