Láser suave: una ayuda para el posoperatorio

Este tipo de láser se usa para disminuir el edema o hinchazón y el riesgo de una mala cicatrización tras una intervención

Por hola.com

No todos los láser son iguales. Existen algunos de altísima intensidad, como los utilizados en los procesos de resurfacing, capaces de evaporar el agua de las células, hasta otros más "suaves", como los que se usan en algunos centros de estética para la estimulación del folículo piloso para combatir la calvicie. Dentro de esta familia de láser se engloba lo que se denomina "láser suave", que está demostrando ser un arma excelente en los procesos posoperatorios. Como explica la experta doctora Avelina Esteves, este tipo de láser se usa para disminuir el edema o hinchazón y el riesgo de una mala cicatrización tras una intervención.

A menudo, las molestias ocasionadas por un lifting, una rinoplastia o una liposucción están causadas por una falta de drenaje venoso y linfático, que se traduce en un estancamiento circulatorio. Ayudar a que se reestablezcan las constantes fisiológicas beneficia la salud del tejido implicado y evita la formación de cicatrices hipertróficas. Esto se puede hacer a través de varios medios, como el drenaje linfático, la electrodoresis, el electromagnetismo y el láser suave, conseguido con un generador Helio-Neon. Este último tiene la ventaja de dar un barrido automático de la zona afectada sin necesidad de tocarla ni manipularla, evitando dolores.

Generalmente, se necesitan de tres a cuatro sesiones para sentir una mejoría importante. A menudo, el barrido se combina con otras técnicas, como la láser-puntura (aplicación de impulsos energéticos de fibra óptica sobre puntos de desbloqueo linfático durante espacios que van de 10 a 20 segundos) y el láser-drenaje, que consiste en usar la técnica de la láser puntura para desbloquear los atascos en los ganglios y arrastrar lentamente la fibra a lo largo de los trayectos linfáticos.

El láser suave mejora la circulación arterial, venosa y linfática, así como la conducción nerviosa, acelerando la desaparición del edema. Se recomiendan unas 10 sesiones tras la intervención, a un ritmo de cuatro o cinco sesiones la primera semana, tres sesiones durante la siguiente y segunda semana y dos sesiones en la tercera. A lo largo de las mismas se insiste especialmente en las zonas más afectadas o allí donde se detecta más hinchazón o edema.