Le damos tan sólo unos ejemplos de las propiedades de algunos aceites, por separado o mezclados:
El aceite de espliego relaja y ayuda a conciliar el sueño El aceite de palo de sándalo, el de limón, enebro, ciprés, naranja, romero, cedro y bergamota combaten la celulitis. El primero, además, aumenta el buen humor. La combinación de aceite de albaricoque, salvia, neroli y pomelo, más limón y enebro, es eficaz contra la flacidez. Una mezcla de aceite de almendras, aguacate y esencia de rosas ayuda a suavizar la piel del rostro. Los aceites de melisa, tilo y laurel tiene propiedades relajantes. El aceite de romero sirve para relajarse y descansar los músculos tras haber realizado un esfuerzo físico. También está indicado contra los mareos y los desvanecimientos, ya que es hipertensor. Por último, combate las arrugas y drena el hígado. No se recomienda durante el embarazo o en personas de tensión alta. El aceite de ciprés y de enebro se recomiendan para las ojeras. El aceite de eucaliptus descongestiona y estimula, por lo que es muy recomendable para aliviar los procesos gripales y respiratoros. La menta despeja la mente, y es refrescante y revigorizante, por lo que alivia jaquecas y produce una sensación refrescante. Puede ser útil para aliviar los pies cansados, aunque no se recomienda utilizarla durante el embarazo. El aceite de limón alivia eccemas y picaduras. Además, es antiinflamatorio y diurético. El sándalo alivia la ansiedad y la depresión. La manzanilla tiene efectos sedantes, relaja los espasmos y favorece la cicatrización. Además, dicen que mejora las hemorroides. El aceite de lavanda es calmante y relajante, y está indicada para personas con insomnio y estrés. Además, tiene propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes. Ayuda a conciliar el sueño, contribuye a calmar el eritema solar, alivia el dolor de cabeza y mejora la congestión nasal.